Capítulo 34

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Unos minutos después de ducharme estoy indecisa en usar un vestido color rojo como si fuese a una cita o usar una vestimenta normal, así que pienso rápidamente en consultarlo con Javier, no quiero vestirme mal para la ocasión, ni siquiera sé a que tipo de restaurante me llevará a cenar. He colocado las dos mudadas sobre mi cama y tomo una fotografía de ambos para enviársela a Javier.

-¿formal o informal? -escribo adjunto a la imagen.

-ambos se te verían fantásticos -responde tiernamente pero no es lo que quería o esperaba que respondiera.

-si pero necesito usar únicamente uno -respondo inquieta y esperando que no responda que cualquiera.

-entonces deberías de usar lo formal por hoy -responde y agradezco al cielo porque esa haya sido su respuesta.

-entonces vestido será.

-ya quiero verte -responde y hace que mi estómago revolotee.

ya no respondo a su mensaje y mejor comienzo a maquillarme un poco, ya que dijo que formal, entonces también aplicaré un poco de maquillaje a mi atuendo de hoy, labios color corinto, vestido rojo, tacones negros y cabello suelto, así es como me veo en el espejo antes de bajar para irnos.

-¿nos vamos? ya estoy lista -le digo desde la mitad de las escaleras, él solo me ve pero no pronuncia una sola palabra.

-¿qué es? ¿porqué me ves así? ¿se me ve mal algo?

-¿que es lo que estás diciéndome? te ves fantástica Samantha, te ves más que fantástica... Diablos voy a sentirme orgulloso de que me vean con una mujer como tú al lado.

-pues, gracias es el vestido que seleccionaste -le digo mientras doy una vuelta para que lo vea.

-te queda demasiado bien Sam.

-bueno, ya han sido suficientes cumplidos ¿tenemos que irnos ya no crees? -digo para no terminar como un tomate con tantas cosas lindas que dice.

-si claro, entonces vamos -abre su brazo para que ponga mi mano en él.

-subimos a su coche y damos marcha hasta el restaurante del que no tengo ni idea cual es el nombre o donde se encuentra, pero cuando llegamos la atención es demasiado buena hacia nosotros, es un restaurante muy lujoso, cuenta con tres pisos gigantes y muy, muy elegantes cuando nos atienden, uno de los meseros nos lleva hasta nuestra mesa en la que hay velas encendidas y copas para vino, está al aire libre y es una de las mesas más alejadas entre todas las demás, me atrevería a decir que Javier compró esta exclusividad para nuestra cena, la vista desde ese lugar es genial, se pueden apreciar las estrellas, la luz de la luna se manifiesta claramente y cuando veo eso la felicidad se hace presente en mí. Tomamos asiento en la mesa, Javier como siempre todo un caballero conmigo.

-vaya, no me hubiera imaginado que vendríamos a este lugar tan lindo -le digo mientras observo como por tercera vez lo estrellado que el cielo se encuentra.

-yo solo quería hacer especial esta noche -me dice mientras besa mi mano.

-tenemos que ordenar algo de comida -me muestra la carta.

-¿ya has estado en este restaurante otras veces? -pregunto antes de pensar en lo que quiero ordenar.

-si unas cuantas veces, por eso supe que esta era mi mejor opción.

-entonces voy a dejar que tú me recomiendes la comida que más te ha gustado.

-¿estás segura Samantha? no quiero que te arrepientas por dejar esto en mis manos.

-si, estoy segura, confío en que tienes buenos gustos.

-bueno, si no los tuviera no estaría ahora sentado frente a ti -no desaprovecha ninguna oportunidad para hacerme un cumplido y eso me hace sentir muy bien.

Nunca Fui Tan Feliz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora