Capítulo 26

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somos nosotros -dice Diana

-¿cómo se encuentra mi padre? -pregunta Javier

-escuche, justo ahora estamos a punto de realizar una radiografía de su cerebro, debido a que la señorita explicó que posiblemente él cayó al suelo, suponemos sufrió un golpe fuerte para llegar a perder el conocimiento, hasta ahora ha despertado 2 veces pero se queja de dolor y mareos, como médico he visto varios casos así y todo apunta a que se trata de una contunción cerebral pero haremos los análisis necesarios para estar seguros, de igual forma les daré información más asegurada en un rato -les dice con tacto.

-por favor doctor mantenganos informados de lo que pase -dice Javier

-¿podríamos verlo? -pregunta Diana

-no, ahora no es lo adecuado por los análisis que vamos a realizar, pero sin duda los mantendré al tanto incluso de cuando ya puedan pasar con él, permiso -el doctor se marcha.

Diana vuelve a tomar asiento en el mismo lugar y Javier se queda parado, suspira fuerte y pasa su mano sobre el cuello, yo tomo asiento junto a Diana y la escucho murmurar.

-ay por Dios -comienza a llorar de nuevo.

-tranquila, va a estar bien solo confía -la abrazo y siento en su respiración el llanto desesperado, incluso verla así me trae tantos recuerdos del día de la muerte de mi padre.

Después de estar en el hospital un par de horas, los tres seguimos a la espera de información, aunque estoy segura que ellos con más ansias que yo, Javier ha estado de un lado a otro, Diana únicamente sentada en la misma banca después de que hizo algunas llamadas y avisó a ciertas personas de lo ocurrido, quienes después de un rato se hicieron presentes, entre ellas una chica bastante linda que al llegar lo único que hizo fue abrazar a Javier y comportarse bastante cariñosa mientras conversaba con él, pero a él parecía como si algo le incomodara me veía constantemente y trataba de alejarse de esa chica, pero ella lo trataba de retener con insistencia y yo sentada en esa banca sentía como algo me ocurría al verla tan cerca de él.

-voy a ir por algo de comer ¿aún no quieres algo tú? -le pregunto a Diana antes de alejarme a ese lugar, porque el hecho de verlos me consume por dentro.

-estaría bien un café Sam por favor, luego iré por algo de comida -me responde ella.

-si yo te lo traigo, vuelvo en un momento -me levanto de la banca y voy en dirección a la cafetería del hospital, mientras avanzo giro hacia Javier el cual parece estar entretenido charlando.

-debí quedarme y no venir a incomodar con mi presencia, soy una tonta -pienso y un fuerte suspiro sale de mí.

Llego a la cafetería y ordeno algo de comer, tomo asiento en una de las mesas y justamente luego de eso entra una llamada a mi móvil.

-tía Elisa ¿cómo estás? -digo de inmediato.

-ay gracias al cielo, ¡hasta que al fin contestas mi llamada! me has tenido algo preocupada, hace varios días que no sabía nada de ti y cuando te llamaba me enviaba a buzón -dice mi tía Elisa quejándose.

-si tía, disculpa por no llamarte pero sucede que últimamente no me había sentido bien de salud y me vi obligada a estar unos días en el hospital -le cuento.

-¿qué te pasó? ¿porqué en el hospital? ¿cómo estás ahora? -mi tía me interroga después de mis palabras.

-tranquila tía, ya estoy bastante mejor -trato que se sienta tranquila.

-¿y ya estás en casa? -pregunta

-si, hace varios días -le respondo.

-¿porqué no me avisaste? si me necesitabas podría haber ido y apoyarte en algo, Roberto no tiene todo el tiempo del mundo y estoy segura que ha sido bastante difícil para él estar al tanto de ti y también de su trabajo -al escucharla mencionar a Roberto siento algo que no es de mi agrado.

Nunca Fui Tan Feliz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora