Teaching Feeling: El destino de mis sueños.

Capitulo 0: Mariposa.

{"En algunas culturas, la imagen de una mariposa simboliza el camino hacia la perdida de la cordura, abandonando todo indicio de razón y sin la posibilidad de escapar de ese estado; sin embargo, entre toda aquella confusión también es capaz de mostrarnos un sendero lleno de cambios...aunque nadie pueda garantizar si se tratan de sucesos buenos o malos."}

El espeso bosque: enorme, frondoso, lleno de vida y color justo a principios de primavera, ocultaba entre su espesor una increíble mansión; elevándose por encima de la copa más alta se visualiza radiante, extravagante, muy costosa y sobretodo...aislada de la población común.

El dueño de aquel lugar mantenía cierta reputación invitando a fiestas, haciendo reuniones y otras actividades, sin embargo el dinero siempre había sido su fuerte, tanto como para comprar el silencio de cualquiera...en especial de su servidumbre. Para ellos el día significaba trabajo, comida, educación y buena apariencia; no así la noche...todos temían a la noche.

Para aquellos que prestaban atención era inevitable escuchar aquellos golpes provenientes de una habitación subterránea. Nadie conocía su ubicación exacta o por donde entrar a ella, pero en verdad sabían que dentro había alguien como ellos.

Finalmente un grito se escucho en el interior como cada noche. Una muy pequeña ventana a forma de respiradero (oculta entre arbustos) permite imaginar lo que ocurre en este sitio pero difícilmente alguien se atrevería a observar ni mucho menos hablar acerca de ello...en especial cuando eres un simple esclavo.

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El sonido de un látigo junto a gritos desgarradores de una voz débil era lo único que rompía el silencio nocturno.

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Aquel ultimo impacto había sido increíblemente claro, incluso con los gritos se puede imaginar por el sonido que llego a abrir un gran pedazo de carne. El dolor es inevitable. Golpe tras golpe aquella desdichada voz es capaz de transmitir su dolor a cualquiera que este tan cerca para oírlos.

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La noche avanza. La luna se oculta mientras las paredes de la habitación son testigos del ultraje hacia una pequeña jovencita: delgada, desnutrida, delicada, indefensa por completo y colgada de su muñeca izquierda mientras el amo de aquella mansión se satisface con ese pequeño concierto agónico; cada grito es un deleite para sus oídos y cada muestra de dolor en sus ojos eleva un punto más en su excitación.

El sufrimiento aumenta en intensidad a cada impacto, a veces con un bastón de madera, a veces con los puños, cualquier forma era aceptable en su mente siempre que causara dolor...aunque sin matar...de nada sirve un juguete roto.

...Aquella pequeña doncella había recordado cada noche desde que llegara ahí: cada golpe, cada cicatriz, cada lamento y suplica, cada lagrima mientras permanecía encadenada, colgada en medio de la habitación, difícilmente podía hacer algo más que gritar su agonía.

Podía ver la dirección en la que recibiría el siguiente golpe, podía ver como el acido corroía parte de su piel, podía ver como las cicatrices se extendían por gran parte de su cuerpo, podía ver una enorme tina de metal recogiendo toda la sangre que brotaba de su interior; observaba con terror los ojos de su amo actual lleno de odio, de gusto, de dudas, de placer, de ansiedad,...de gozo; otras veces veía un bulto creciendo entre sus piernas mientras la escuchaban gemir y suplicar.

Después de muchas temporadas sobreviviendo a esta rutina demencial, fácilmente comprendió que solo esperaba el momento de ser tomada por la mandíbula con esa enorme mano izquierda,...con firmeza retiraba la cadena liberándola de las alturas y sonriendo placenteramente terminaba con ella de una bofetada, arrojándola contra la pared; la veía tambalearse dando pequeños pasos hasta caer desmayada y solo entonces aquel monstruo se retiraba del lugar no sin antes dejarle una porción de pan y agua junto con algunas pastillas para el dolor...inclusive algunos vendajes de vez en cuando.