Capitulo 7: Nuestras manos.

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(Nota de Autor: Los temas románticos o con trama sexual no son de mis favoritos para escribir. De no ser por los mismos diálogos del juego no sabría por dónde seguir. Al menos se hace el intento.)

**Sylvie**

Aún recuerdo la primera vez que el amo me ayudo a bañarme, me sentí extraña...como un pequeño animal. Con la tina llena de agua caliente y pese a mi temor, termino lavándome el cabello mientras yo tallaba avergonzada debajo de mi vestido.

Aquella vez salió lodo...

Últimamente he notado que me permite ciertas libertades, la más reciente es poder quedarme un poco más recostada en la tina, relajándome mientras limpio a fondo mi cuerpo.

Ya me he acostumbrado al baño, tanto que no puedo entender el como soporte el estar sucia; aunque quizá se deba a que antes me arrojaban baldes de agua fría o me rociaban con una manguera. Quizá por eso tuve tanto miedo. Desde este lugar puedo "verme" tirada en el piso del baño...aturdida por tanto calor, tumbada desnuda y temblando mientras me asfixiaba con el agua helada; me recuerdo llorando antes de que me levantara entre sus brazos, me llevara a mi habitación y comenzara a cuidarme.

Me duele aceptar que no es la primera persona que me ve desnuda, pero ciertamente es la única que me ha tratado con cuidado, no como un animal o un objeto...sino como una persona, como una humana. Pienso en ello como un cruel recuerdo pero...extrañamente... no me duele tanto como antes.

...

Llegando a la cocina después de cambiarme me esperaba un tazón de cereal con leche y pan dulce (me gustan mucho las cosas dulces), tome asiento y le agradecí por el alimento pero...

--¿Pasa algo?—pregunto al verme, parece ser que me detuve por completo, lo raro es que no me di cuenta.

--Yo...lo lamento, aún no he tendido la cama ni escombrado la habitación.

--No te preocupes, yo me ocupare más tarde.

--Pero yo...

--Sé que llevas un par de semanas durmiendo a mi lado, pero no es necesario que realices todo el quehacer de la casa. Tú haces una cosa, yo hago otra y terminaremos más rápido. ¿De acuerdo?

Por un instante paso por mi mente que quizá me consentía un poco, pero era un ridículo pensamiento, después de todo ¿quién realizaría labores por voluntad teniendo un esclavo?; Sé que debe haber una manera adecuada de reaccionar a una situación así solo que no la conocía.

Era una sensación...peculiar.

--¿Qué piensas?—pregunto.

--No amo...no es nada, gracias de nuevo por el desayuno.

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Iniciamos con la limpieza de la casa.

He mejorado bastante con la práctica. Al inicio pensé que sería fácil pero terminaba haciendo un desastre, tomándome casi mediodía para terminar de limpiar. Debo aceptar que el amo tuvo que enseñarme y ayudarme con gran parte de las labores. Trabaje duro para aprenderlo todo y por fin soy capaz de hacerlo en solo un par de horas. Ahora, me siento bien al ser de verdadera utilidad para el amo.

Teaching Feeling: El destino de mis sueños.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora