CAPITULO 12
El gélido viento otoñal traía consigo el aroma de las flores marchitas que se negaban a abandonar su fragancia a las inclemencias del invierno, que ya estaba próximo. Mitsuko, tiritando, estaba sentada en el patio posterior de su casa, observando el jardincillo que lo cubría, que ya se veía gris y sin vida. Sus pensamientos eran tan profundos, que no sintió la llegada de Harumin, quien al no encontrarla en el interior del departamento, dedujo que se encontraba en la parte trasera; cuando Mitsuko estaba preocupada por algo, acostumbraba sentarse allí a meditar. En esta ocasión, su hermana se veía realmente ansiosa, con una palidez purpúrea posesionada de su serio rostro. Se sentó a su lado, sacando a Mitsuko de su mutismo.
-Ah, ya llegaste. -dijo quedamente.-Te tardaste mucho. Yuzu se fue hace rato.
-Lo sé.-respondió Harumin- Me encontré con ella; por eso tardé tanto.
Mitsuko seguía mirando el reducido panorama que se extendía ante sus ojos, con una dejadez que no era habitual en ella. Harumin pudo ver escrito en su expresión ausente, como si lo tuviera tallado en la frente, el motivo de esa pesadumbre: Yuzu.
-Hermana, ¿Por qué estás tan triste?
Mitsuko abrió mucho los ojos ante la repentina pregunta de Harumin. Tratando de esparcir las nubes que cubrían su ánimo, dijo, forzándose a sonreír:
-Nada de eso, hermanita. ¿Por qué habría de estar triste? Sólo estoy preocupada porque he aceptado la transferencia de universidad que te comenté hace algún tiempo. No quisiera dejarte sola.
Harumin tomó la mano de su hermana, apretándola con fuerza.
-No hay necesidad de que hagas eso. ¿Vas a huir sin pelear?
-¿De qué hablas?
Harumin se estremeció ante la fría brisa del atardecer.
-Vamos adentro-dijo Mitsuko.
-No, no importa. Este frío puede llegar a ser saludable en momentos como éste; el dolor físico ayuda a distraer el dolor del alma.
-Harumin, me preguntas la razón de mi tristeza y creo que estás mucho peor que yo.-comentó Mitsuko, deprimiéndose más.
-Mitsu,¿crees que no sé que te has enamorado de Yuzuchi?
-¿Es demasiado obvio?-Mitsuko se cubrió la cara con una mano. Era demasiado incómodo que su hermana abordara el asunto tan directamente.
-Cada vez que la miras, tus ojos destilan miel. Es como si le dijeras "te amo" con cada mirada.
-Ya no volverá a suceder, así que no te preocupes. Pronto me iré, y no tendrás que presenciar mi patética actitud.
Harumin tomó a Mitsuko por los hombros, haciendo que la mirara a los ojos.
-¿No te pregunté hace un momento que si te vas a ir sin pelear? Tú eres de las que no se rinden. Lucha por ella.
-¿Cómo me pides eso? ¡Es tu novia! Yo nunca...jamás te haría algo así. Decidí poner distancia para no enamorarme más.-Mitsuko ya no pretendía ocultar sus sentimientos-Si, quiero a Yuzuko con todo mi corazón, pero es un amor que aún está floreciendo. Quiero irme antes de que estas emociones crezcan tanto, que ya no me pueda sentir capaz de vivir sin la persona que las inspira. -Miró a Harumin angustiada-cada día que pasa, siento cómo mi alma se llena más y más de amor hacia a ella. Nunca me había enamorado y ¿sabes?, mi primer beso me lo dio ella. No te imaginas... fue la experiencia más dulce y cálida de mi vida. Yo, que siempre había vivido atada a reglas, y obligando a otros a cumplirlas, olvidándome de vivir mi adolescencia...; Yuzu me regaló una primavera fragante de sensaciones, pero ella es tu novia. Lo que yo sienta no importa.
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CITRUS-UNA CONFESION INESPERADA
FanfictionEstamos tan acostumbrados a que el sol salga cada día y nos de vida y luz con su calor, que nuestra conciencia no alcanza a meditar en lo que ocurriría si ese sol, un día, se negara a salir para nosotros. En esta historia veremos que la grandiosidad...