16. " CÓMO OCULTAR QUE TE AMO"

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NOTA: màs de la mitad del capitulo esta e cursiva,pero no es flashback ni nada por el estilo. Es la continuaciòn del capitulo anterior pero no sè por què Wattpad me lo pone en cursiva, si el borrador està con una fuente normal. 

Capítulo 16

Las estrellas brillaban débilmente, y el cielo estaba empañado por tenues nubes que no permitían a la luna saludar a la gélida noche. Envueltas en una gruesa manta, Yuzu y Mitsuko miraban desde el balcón de la villa, el invernal paisaje que se desplegaba ante sus ojos. Estaban ensimismadas, sumergidas en su propio universo de emotivos pensamientos acerca de lo que sentían la una por la otra.

Después del baile de clausura, Yuzu, algo avergonzada, le había pedido licencia a Mamá para pasar la noche fuera de casa, aunque era obvio con quien se iba a quedar.

-Claro, Yuzu.-sonrió juguetonamente, mirando a Mitsuko, que estaba agradablemente sonrojada junto a su auto-pero no vayas a portar mal.

Yuzu agachó la cabeza, sabiendo lo que había querido decir su madre.

-Mamá, gracias por ser tan comprensiva con esta atolondrada que tienes por hija.

-Eres mi niña linda, y mereces ser feliz. Vé con ella, que el amor no admite espera.

Yuzu voló al lado de Mitsuko, tratando desesperadamente de no cruzar su mirada con la de Mei. Sin embargo, sus ojos se posaron un pequeñísimo instante en los de ella; eso bastó para leer la infinita tristeza que embargaba su alma. Temblando, se apresuró a subir al coche, tratando de alejar de su mente ese rostro atormentado.

Media hora después, se encontraban en su adorada villa, contemplando los ligeros copos de nieve que caían y que, para ellas, eran como helados cirios de amor que las saludaban con su divina belleza.

-Yuzuko, mi cielo...-susurró Mitsuko, sujetando su mano con dulzura.

-¿Sí?

-Pensé que te perdería. No te imaginas cuánto sufrí creyendo que llegarías a despreciarme tal como lo hiciste con Mei. Te quiero tanto...

-Perdóname por no creer en ti de inmediato, Mitsu. No fue mi intención hacerte llorar.

-Con lo que hiciste por mí hace poco, tengo suficiente muestra de tu amor, así que no vuelvas disculparte.

Yuzu besó a Mitsuko por primera vez después de su corta separación; la besó con fuerza sofocante, ansiosa, ingrávida, hasta que sus cuerpos amenazaron con hacer combustión, prestos a encenderse. Sus lenguas se excitaron, iniciando una danza interna, como si quisieran devorarse mutuamente.

-Vamos a la cama, Mitsu.-jadeó Yuzu. -

-Está bien, pero primero haremos el amor aquí.- Dijo Mitsuko, con la respiración alocada, cayendo sobre ella en el ancho diván. Sus manos inquietas resbalaron hasta la intimidad de Yuzu, haciéndola suspirar, deleitándose en el placer que experimentaría dentro de poco.

Hicieron el amor con frenesí, casi con dolor, afanosas, dejando escapar delirantes gemidos de éxtasis en la dulce y envolvente noche.

Después del tercer orgasmo, permanecieron despiertas un rato más. Yuzu no se cansaba de recorrer con sus manos cada parte del cuerpo de Mitsuko, ni de besar continuamente sus labios.

-Te gusta mucho besar, ¿verdad, Yuzu?-

-Sí. Me encanta esa sensación cálida del roce de los labios; no sé, es agradable unir mi boca con la tuya, y probar tu lengua. Es como beber de un elixir que me llena de vitalidad.

CITRUS-UNA CONFESION INESPERADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora