-¿A dónde quieres ir?-le preguntó Mitsuko a Yuzu mientras conducía su pequeño Mercedes rojo.
Yuzu estaba acostada, con la cabeza recostada en las piernas de Mitsuko; tocaba continuamente su cara, mirándola sin mirarla.
-¿Yuzu?-repitió Mitsuko.
-Perdóname, Mitsu.-respondió Yuzu, espantando sus pensamientos- Es que estoy muy preocupada por algo que pasó hoy en la escuela.
-¿De qué se trata? Cuando fui a buscarte te veías agitada y, por tu manera de recibirme, pude sentir la enorme necesidad que tenías de sentirte segura.
-Vamos a algún sitio. Deseo abrazarte, y aquí en el auto no puedo hacerlo.
-Por eso te pregunté que adónde querías ir.
-Lo dejaré a tu elección. Si estoy contigo, el sitio es lo de menos. Aparte de eso ¿Por qué traes esa gorra? Es la primera vez que te veo con una.
-¿No te gusta?-preguntó Mitsuko, señalando la gorra azul que llevaba sobre su cabeza.
-Al contrario, me gusta como se te ve. Y tu ropa...te ves mucho más joven, casi de mi edad.
Mitsuko iba vestida con un juvenil pantalón de jean, y una camiseta color rosado vivo con algunos lazos que adornaban las mangas. Calzaba zapatillas deportivas.
-Quiero verme bien para ti. Sé que te gusta vestir así, por lo que quiero ir a tono contigo. En cuanto a lo de la gorra, es por la sorpresa de la que te hablé.
-¿Qué es?
-Luego te digo. Yuzuko...¿Quieres navegar en bote?
Yuzu se entusiasmó.
-¡Claro que sí! Jamás he navegado de noche; será muy romántico navegar bajo la luna...aunque está haciendo algo de frío, pero no importa.
-Antes de salir, guardé una gruesa cobija, así que no temas por el frío.
-¿A qué lugar vamos a ir?
-¿Recuerdas el lago que se divisa desde la villa?
-¿Cómo olvidarlo?-Yuzu miró a Mitsuko con ternura.-Mitsu...
-¿Sí?
-Creo que me estoy enamorando de ti.
Mitsuko sintió cómo su corazón se estremecía de júbilo. Como estaban en el lindero del bosquecillo donde estaba el lago, estacionó el coche a un lado del camino sembrado de pétalos de cerezo.
-No puedo resistir estas ganas de besarte.-dijo, levantando a Yuzu y haciendo que se sentara a horcajadas sobre sus piernas.
Empezaron a besarse con fuerza lacerante, ahogándose con las ansias que tenían de sentir sus cuerpos entrelazados física y espiritualmente. Ambas se deseaban ardientemente en ese instante, pero se contuvieron; tenían toda la noche para ello.
-Yuzuko...-dijo Mitsuko, susurrando a su oído con voz entrecortada-me hace feliz que te estés enamorando de mí. Nunca imaginé, en toda mi austera vida simple y monótona, que pudiera ser tan dichosa. Te amo con todo mi ser, mi princesa.
Yuzu se aferró a ella como si temiera que en algún momento pudiera desaparecer. Recordaba las palabras de Misaki, y su pecho se oprimió bajo la fuerza de un terrible miedo a perder esa felicidad que, poco a poco, llenaba su vida de amor y paz. Mitsuko se sorprendió cuando sintió caer sobre su hombro algo tibio: Yuzu estaba llorando.
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CITRUS-UNA CONFESION INESPERADA
FanfictionEstamos tan acostumbrados a que el sol salga cada día y nos de vida y luz con su calor, que nuestra conciencia no alcanza a meditar en lo que ocurriría si ese sol, un día, se negara a salir para nosotros. En esta historia veremos que la grandiosidad...