Prólogo

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Otro día en este maldito lugar. Por suerte es el último, mañana comienzan las vacaciones de Semana Santa y estoy muy emocionada ya que iré a la Ciudad de México a visitar a mi familia. Sólo tendré que soportar otro maldito día aquí, la escuela es tan aburrida, los maestros se creen perfectos y creen que con gritos y regaños aprenderemos más. Se equivocan.

Por suerte tengo aquí a mis mejores amigos. Empezando por Maribel y Alejandro, con quienes empece a salir con ellos hace poco, son un para de locos,  pero aún así los amo. ¡Me hacen reír todo el tiempo!

Después vienen Raquel, Karina y Daniela, como han de suponer también están locas. En especial Karina, se la pasa haciendo tonterías en clase y hace que la escuela sea menos aburrida, Raquel es muy graciosa, le gusta la música de banda y se la pasa cantando, Daniela... Daniela sólo se ríe de todo.

-Hey Vale, ¿tienes un lápiz?- Me pregunta Alejandro.

-No animal, no tengo-. Tal vez digan que trato mal a mi amigo pero no en realidad, nos llevamos así. Las niñas del salón le decimos Alejandra para molestarlo pero sabe que es de broma y que lo quiero mucho.

En un salón nunca falta quién te cae mal. En primer lugar creo que mencionaría a Paula, pensándolo bien es la única que ocupa un lugar en esta lista. Y por dos simples razones:

1.-Paula se la pasa insultando a todo el mundo con palabras que YO misma le enseñé.

2.-Cada que hago algo y le da risa a alguien, ella lo copia para atraer la atención (pero claro la atención sigue puesta en mi).

Al fin llega el momento de salir de este lugar. ¡Ahora que comiencen las vacaciones! Hoy para celebrar el inicio de vacaciones he invitado a Alejandro y a Maribel a mi casa ya que vivo por el centro y podemos ir a dar una vuelta.

¡La tarde ha sido genial! Fui con Alejandro y Maribel a comer sushi y grabamos un vídeo muy genial donde criticábamos a todo el mundo. Ahora es tiempo de hacer las maletas, ya que estoy por irme a México mañana. Aunque seguramente, como en todos los viajes, terminare haciendo mi maleta a media noche.

***

Hemos llegado a nuestro departamento, mi hermana, mi papá y yo estamos en un departamento ubicado en un tercer piso amplio y cómodo. Iré con mis primos ¡Que emoción!

***

¡Esta tarde ha sido genial! Hace tanto tiempo no veía a mis primos , los extrañaba mucho. Tengo mucho sueño por lo tanto me iré a dormir, pero antes le llamaré a Alejandro. Olvidé llamarlo en la mañana.

-Jimena préstame tu celular, el mío yo no tiene batería- le digo a Jimena.

-Claro Vale-. Jimena saca su celular de sus bolsillos y me lo entrega. Llamo a Alejandro que contesta a los 3 timbrazos.

-¡Alejandraaaa! Perdón se me olvido llamarte- le digo gritando.

-¡VALERIOOO! ¿Cómo estas? ¿Qué tal te fue con tus primos? ¿Te divertiste? ¿Cuándo regresas?- me atacó de preguntas.

-¡Sí, Alejandra! Gracias no tengo idea de cuando vaya a regresar, pero espero que sea pronto-

-¡Ojalá! Oye tengo que irme voy a salir a cenar con mis papas. ¡Hasta luego!- se despidió.

-Nos vemos Alejandra ¡te quiero!

-¡Yo también!- Colgó.

Cuelgo el teléfono y lo bloqueo, entonces veo el color rosa del reverso de su celular. *Temblor*. La palabra resuena en un rincón al fondo de mi mente, seguro es el cansancio, no dormí bien anoche por la emoción así que estoy muy cansada, así que voy a dormir. Me aproximo a la cama con una inquietud desatada en mi interior por la palabra que sonó en mi mente, se que no pasará nada, pero aún así no logró tranquilizarme.

Pasa una hora, dos horas, cuatro horas pero aún así no he podido lograr conciliar el sueño. Pasa una hora más y al fin puedo dormir, pero esa tranquilidad acaba cuando suena la alarma sísmica y las paredes empiezan a tambalearse.

PrisionerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora