Prisioner

7.-Amor inconfesable.

El te odia.
Esas palabras siguen resonando en mi interior.

Mi padre me sigue mirando después de 2 segundos sin contestarle.
-Quiero conocerlo- le digo, aunque se lo que podría pasar sí esto pasa.
-No, eso es justamente lo que estoy intentando ocultar... No quiero que te pase nada...
-No puedo permanecer oculta por siempre, el me va a encontrar en algún momento... Lo que no entiendo es por que me esta buscando?
-Yo tampoco... Es algo que sólo saben los... Es decir lo sabe el.
-Lo saben los quien? Lo dijiste! No pudiste equivocarte.
-No puedo decirte.
- Se supone que estas intentando ayudarme! Y no me puedes decir un dato fundamental? Tan poco te importo?
-No es eso! Es que no quiero que te metas en problemas! Hay mucho peligro! Las cosas entre ellos va de mal en peor! Todos te están buscando! Te han buscado en todas partes y no te encuentran! Hay alguien que seguro te esta vigilando pero no podemos saber quien es.
-Como se llaman?
Suspira-Les dicen Los marciales.
Pronto sabrás de mi.- suena una voz en mi cabeza.
-Y que es lo que hacen? Y por que sabes de ellos?
-No se qué es lo que hacen ya que casi nadie sabe de ellos, recuerdas la historia de Henry? Bueno, cuando tu madre tuvo visiones veía el nombre "Marciales".
-Y como se cuando alguien es un "marcial"?
-No estoy seguro, pero tu madre me dijo que al que veía en sus sueños, tenía una cicatriz en la mano derecha.
Alejandro.

***

Tengo un plan.

He quedado con Alejandro esta tardé en el centro, ahí, le sacare la verdad.

El reloj marca las 6, y me dirijo al centro, pero antes, tomó un cuchillo de la cocina y lo pongo en el costado de mi pierna dentro de mi pantalón.

Llego al centro y veo a lo lejos a Alejandro con una camisa negra y jeans.

-Hola! Como estas?-dice Alejandro, me molesta que pueda fingir tan naturalmente, en unos días, conoceré a mi hermano y probablemente moriré gracias a el.
-Hola.. Em bien, quieres ir por un helado?
-Claro! Amo el helado.
-Tu amas todo lo que sea comida.
-La verdad si! Pero vamos.

Llegamos a mi heladería favorita, como de costumbre Alejandro pide de vainilla y yo de fresa.
Tengo tanta curiosidad que tengo que llevar a cabo el plan justo ahora.
-Oye.. Quieres ir a comer el helado a un lugar genial?
-A donde?-Pregunta con curiosidad
-Ya veras.
El único lugar que esta completamente sólo donde se me ocurre llevarlo es a un callejón que está atrás de un parque.
-En donde nos sentaremos?-dice volteando para todos lados-Y que tiene de genial?
-Ya veras! Hay una banca al final del callejón.
-Esta bien.
Alejandro da dos pasos entonces entro en acción y le empujo contra la pared tirando su helado, entonces sacó el cuchillo y lo pongo a un centímetro de su cuello. Su cara es de sorpresa ya que no se lo esperaba.
-Que estas haciendo?-Pregunta asustado-Tiraste mi helado.
-No puedo creer que confié en ti! Eres un maldito! Quieres matarme! Querías entregarme!
-Déjame expli...-Intenta decir pero yo sigo hablando.
-Eres un idiota! Pensé que eras mi amigo.
-Val..
-No hables! No tienes derecho a vivir! Pensé que de verdad éramos amigos!
-CÁLLATE Y ESCUCHA- me grita - SI QUISIERA ENTREGARTE O MATARTE YA LO HUBIERA HECHO!-Después de que dice eso me quedo sin palabras.
-...Explicate...- Le digo todavía sin palabras.
-Sería más fácil si alejaras ese cuchillo de cocina de mi cuello.- dice mientras alejo el cuchillo de su cuello.
-Escucha con atención, desde hace un año, tu hermano, supongo que sabes que tienes un hermano, esta buscándote, ha mandado marciales, que supongo también sabes que es, a todo el país a buscarte! Desde hace tiempo te esta buscando para completar un plan que desconozco, yo fui mandado aquí, para no levantar sospechas en los pequeños grupos marciales de este lugar, entré a estudiar, yo sabía tu nombre y empece a preguntar a los de la escuela si te conocían, la mayoría me dijo que sí, pero que no ibas en el colegio, averigüe el nombre de tu escuela y me inscribí un mes después de que iniciarán las clases, empece a hacerme tu amigo para que me tuvieras confianza y yo te pudiera engañar y llevarte con tu hermano, pero te fui conociendo y me arrepentí de aceptar el trabajo de buscarte, ya que de verdad me agradas, entonces renuncie a los dones que los marciales me habían otorgado por medio de un tipo "hechizo" de separación. Entonces ellos saben que yo se donde estas. Y me están buscando a ti y a mi.

Me quedo sin palabras.. No entiendo como pude desconfiar de el.. Después de todo esto.. Me debo disculpar.
-No tengo palabras para agradecer todo lo que has hecho por mi estos meses, y tampoco tengo palabras para disculparme por lo que acabo de hacer.
-No hay problema.. Eso hacen los amigos.
Esa frase me llega al corazón en ese momento y me dan ganas de ponerme a llorar, entonces lo abrazo.
-Lo siento tanto.
-No te preocupes.
-Que pasa sí ellos nos encuentran?
-Contigo no lo sé, pero sí ellos me encuentran... Entonces estoy muerto.
-Por que estas tan seguro?
-Por que ellos pelean por medio de la mente. Perdí mis poderes, entonces no puedo luchar.
-Y por qué renunciaste a tus dones sólo por mi?

{POV. ALEJANDRO}

Escucho su pregunta y no se qué contestar.
<<Es momento de que sepa la verdad>> me digo a mi mismo.
-Por que desde el primer momento en que te vi...- me veo obligado a dejar la oración inconclusa ya que al otro lado del callejón aparece un perro de apariencia aterradora ladrando muy fuerte y corriendo hacia nosotros.
-Corre! Hacia el parque!-Le grito aunque está a mi lado, los dos empezamos a correr lo más rápido que podemos y entramos al parque, pero el perro sigue pisándonos los talones,
-Sube al árbol!- Le grito señalando un árbol de unos seis metros, la ayudo a subir lo más rápido que puedo y a continuación subo yo, logramos subir un metro y nos sentamos en una rama y vemos como el perro intenta subir torpemente sin ningún resultado.
Un segundo después empezamos a reír como maniáticos.

-Oye estabas por decirme, por que habías renunciado a todo?
-Ah, por que espere a conocerte mejor y me caíste muy bien.. Entonces ya no pide traicionarte por que ya eras mi amiga- Le digo ahogando todas las palabras que había querido decirle durante estos meses en el dolor.