Fifteen.

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— ¿Mi amor? — golpes en la puerta me hicieron despertar, sentía mi cara un poco tiesa por las lágrimas secas, — No has comido nada en todo el día... ¿Estas despierta? — suspire aún enojada, cerré los ojos dispuesta a dormir de nuevo — tienes que comer algo...

Trate de controlar mi respiración pero esta se aceleraba cada vez mas, no lograba controlar mis emociones y lloraba de nuevo presionando la almohada en mi cara.

—¡¡Largate de aquí!! — grité por impulso.

—Mi amor, abre la puerta...

—¡¡Jodete cerdo de mierda!! — cogí un zapato y lo estrelle contra la puerta.

—Si no abres la puerta...

—¿¡Qué?! ¡¿Si no abro que?!—azote mis manos en esta —¿¡Vas a volver a meter tu jodida polla en mi boca?! ¡¡La misma con la que te acabas de coger a esa zorra!!

—Mi amor, por favor...

—¡Andate al carajo! — no me importaba una mierda si me golpeaba, si terminaba conmigo sería mejor. Tire puñetazos en la madera hasta que mis nudillos se abrieron —¡Eres un jodido manipulador!

—Vas a lastimarte... — su tono era angustiado movía el picaporte de la puerta como si esta fuera a ceder.

— Debería abrir la puerta para que me lastimes tú, ¿eso es lo que querías desde un principio, no?

—Yo no quiero lastimarte...

— ¡Te odio!

— Lo que escuchaste no es lo que parece...

—¿¡Entonces que es?! Porque mi imaginación me dice que sólo estas torturándome, ¿te causa felicidad? ¿Placer? ¡Ya no entiendo nada!

—¡Claro que no! Por favor abre la puerta...

—¡No hasta que me digas que sucede!

— ¡¡No puedo decírtelo!! — gritó.

—¿¡Por qué?!

— ¡¡Porque si te digo quien soy realmente jamas vas a amarme!!

— Pues espero que puedas vivir con eso, — solloce — porque incluso aunque no me lo digas... Jamas voy a amarte.

(...)

Habían pasado cinco horas, tenía noción del tiempo gracias al videojuego que mostraba la hora. Tenía demasiada hambre, el no tocaba la puerta, podía pensar que me había abandonado de no ser por el constante sonido fuera de la puerta.

—Tienes que comer algo...— su voz volvió a sonar.

—No tengo hambre — podría comerme una vaca en estos momentos — tal vez muera de inanición como milagro.

—Tu no vas a morir.

—¿Ah si? Si quiebro el foco de le lampara puedo cortarme las venas y morir desangrada... — juntaba la bolas de pelusa en el suelo haciéndolas una sola.

—Abre la puta puerta... — ignore su orden mientras juntaba mas pelusas —. Ya que no piensas abrirme voy a tumbar esta mierda a patadas, quitate.

Me recargue en la madera de la puerta.

—No pienso moverme de aquí, si golpeas la puerta probablemente me golpes también a mi, aunque dudo que eso te importe.

—¡Por favor para! ¡Lexy abre la puerta!

Pude escuchar sus pasos alejarse, me relaje y mire mi gran bola de pelusa. De pronto el picaporte comenzó a sacudirse violentamente, estaba golpeándolo, este se cayó y la puerta se abrió, retrocedí en el suelo viendo como entraba por la puerta tirando el martillo al suelo. Claramente no había dormido y su ropa estaba hecha bola.

—¿Debo ponerme de rodillas?


Jsjs.
Más tarde actualizo, voy a dormir.

Kidnapped [Shawn Mendes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora