Twenty One.

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—No pares...—sus labios se deslizaban por todo mi cuello, como amaba sentir sus labios en mi cuello. Sus manos se colaron por debajo de mis shorts pasando sus dedos por mi abertura totalmente humedecida —te necesito, te necesito ya.

Un estruendo me hizo despertar de un salto, mi respiración estaba agitada y las sabanas se adherían al sudor de mi piel, Shawn no estaba a mi lado y mucho menos tenía su mano dentro de mis bragas. Sentía el calor de su boca palpar mi cuello, la fuerza de sus brazos arrastrarme a su pecho y como esa suave y tibia mano acaricio mis partes. No procesaba lo que había soñado, era tan jodidamente raro, claramente yo no deseo eso.

Me levante de la cama aún aturdida, tome una camisa del suelo y al momento de verme, era una camisa de Shawn que me llegaba un poco mas arriba de la rodilla, ignoré el hecho de que olía demasiado bien y salí de la habitación. Pude verlo en la cocina recogiendo el cajón de cubiertos, al parecer eso fue lo que me despertó. No podía evitar ver su atuendo, estaba en calzoncillos y con un mandil color rojo, ¿por qué hormonas? ¿Por qué ahora? Solo podía ver como sus boxers apretaban su trasero cada vez que este se agachaba a recoger una cuchara.

—¿Me estas viendo el trasero? — logro atraparme por el reflejo del horno que mostraba mi mirada a su retaguardia.

—No...yo estoy viendo las cucharas.

—Ya...¿cómo dormiste?—se acercó a la barra para verme, sus clavículas se marcaban por encima de la tela roja.

—Tuve un sueño muy raro...

—Dicen que los sueños son los deseos ocultos en nuestro subconsciente.

Solté una risa nerviosa mientras miraba a otra parte ocultando el rubor de mis mejillas.

—¿Esa es mi camisa?— sonrió mientras intentaba verme por completo —Mi amor, luce tan linda en ti. ¿Tienes hambre?— asentí una vez y el se separó de mi, abrió la alacena y saco una caja rosada. Salió de la cocina y me tomo por la cintura llevándome al sillón. —Cierra los ojos.

—¿Qué es eso?

—Cierra los ojos y abre la boca, ya veras que te va a encantar.

Obedecí sus ordenes y cerré los ojos abriendo la boca, escuche como el envoltorio de algo era rasgado.

—No vayas a hacer trampa, eh.

Pude sentir el calor irradiar de su mano cada vez que se acercaba a mi boca, entro a mi boca aquella textura acaramelada y rasposa, la mastiqué y no dude ni un segundo en saber que era una barrita de lucky charms.

—¡Lucky Charms!— tome la barra de su mano mientras el soltaba una linda risa, esta cosa era deliciosa —¿Los has probado?—pregunte ansiosa.

—No, son muy azucarados...

—¿¡Qué?!— lo estiré en su dirección —solo prueba un bocado.

—No, enserio, creo que contiene diabe...—pase mis piernas a los costados de su cadera, paro de hablar y tragó en seco.

—Vamos,—tome su mandíbula intentando tirar de ella hacia abajo pero incluso su mandíbula era demasiado fuerte —no vas a arrepentirte, lo juro.

—¿Qué gano yo si acepto?—arqueo una ceja.

—Uhm...¿un beso en la mejilla?—sonrió.

—Quiero un beso en la mejilla y también quiero darte un beso en la mejilla. Ah, y por último quiero pasar todo el día contigo sentada en mi regazo viendo bob esponja — por alguna razón pasar el todo día con él no lucía una mala idea.

—Me parece bien.

Abrió su boca y mordió un pedazo de aquella barrita azucarada. Hizo un gesto de aprobación antes de señalar su mejilla con el dedo, deposite un beso y el giro la cara chocando así nuestras narices, se acercó dejando un beso en la comisura de mis labios, envolvió mi cuerpo en sus brazos después de sentarme sobre él.

—Te amo, mi amor.

—Te quiero, Shawn.








Mas de rato actualizo, maybe hasta hurt me.

Mas de rato actualizo, maybe hasta hurt me

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Esos hermanos bergas.

Kidnapped [Shawn Mendes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora