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¿Dyane?-Oyó la voz de su madre
Dyane abrió los ojos pesadamente y se removió entre las colchas tibias, oyó nuevamente el golpe de la puerta e inmediatamente se sentó removiéndose los cabellos.
Tienes visita –oyó a su madre del otro lado y se levantó un tanto preocupada.
Abrió la puerta rápido sin pensar que encontraría a un BaekHyun a medio camino de tocar su puerta, en la otra mano llevaba una pequeña bandeja que tenía un vaso de jugo y unas tostadas, Dyane levantó la vista hacia este con sorpresa para luego hacerse a un lado.
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¿Te sientes mejor?-le preguntó dejando la bandeja en la mesa frente a la cama de la joven.
Dyane lo vio nerviosa, BaekHyun vestía de bastante elegante y supuso que iba hacia la universidad a hacer sus prácticas como lo recordaba, sin embargo, le sorprendió que se diese un tiempo de estar ahí.
Te traje el desayuno –comunicó lo obvio y luego se colocó frente a ella mientras esta miraba la bandeja todavía dubitativa.
Dyane asintió al ver cerca al muchacho y levantó la vista hasta este que esperaba una respuesta verbal, no pasó mucho tiempo para que la muchacha empezara a llorar en silencio y este nuevamente la abrazó para reconfortarla.
Tienes que volver a clases –le susurró este al oído- Amelie ya no sabe como mentirles a los profesores.
No lo haré –susurró ocultando su rostro en el hueco del cuello del muchacho- no iré a la universidad.
Estás siendo muy egoísta contigo misma –BaekHyun la alejó sin ser tosco y le sostuvo ambos hombros- voy a ayudarte a hacer tu documentación pero por favor, preséntate a la universidad.
Dyane bajó la vista limpiándose los ojos hasta que este le tocó las mejillas y con delicadeza deslizó los pulgares para limpiar los rastros de lágrimas, la muchacha lo miró a los ojos y sintió que dentro de todo él estaba ahí para ella. Solo quería llorar hasta que se acabase el día al igual que quedarse en pijama sobre su cama.
BaekHyun se acercó hasta esta y depositó un suave beso en su frente para luego besar su nariz, Dyane se quedó estática con los ojos cerrados, sintiendo como empezaba a envolverse en un sentimiento desconocido pero bello. El muchacho la miró de cerca notando que las bolsas bajo sus ojos eran enormes y el color de su piel era diferente ahora, se sintió tan terrible por no haberla podido ayudar a tiempo que le resultaba incomodo incluso llegar a esas alturas del problema.
