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Cuando Dyane llegó al lugar no hizo más que sobarse la nariz por el frío y acurrucar las manos dentro de su abrigo, desesperada entró luego de tirar la puerta del coche hasta que sus ojos divisaron al hombre de la barra que llamaba su atención con una mano en el aire, la muchacha se acercó esquivando a borrachos y a muchachas con trajes ajustados hasta que llegó viendo al muchacho acostado sobre la barra.
Disculpe –le dijo el hombre del otro lado viendo su pequeño vientre- no ha parado de pedir que la llame y ya ha bebido demasiado.
No se preocupe –susurró la muchacha hasta que se acercó.
Cuando Dyane iba a hablarle el hombre de la barra zarandeó al muchacho suavemente hasta que este balbuceo su nombre tontamente moviendo la cabeza, sacudió sus cabellos mientras miraba hacia abajo hasta que notó el par de zapatillas femeninas a su lado y giró entrecerrando los ojos, la barrió con la mirada hasta que sus orbes vieron las suyas.
Tu mujer ya está aquí, ahora vete. Estás muy borracho -le dijo el cantinero.
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Estás aquí –susurró en un tono lastimero.
Sehun intentó levantarse para acercarse con una media sonrisa pero de tambaleó atrayendo la vista de varios e incluso Dyane se acercó haciendo que este se apoyara en ella, el muchacho aprovechó aquel gesto para terminarlo con un abrazo y oyó la dulce voz que tanto había deseado oír, no entendió nada de lo que dijo pero cerró los ojos dejando caer su cabeza en su pequeño hombro, juraba hasta que tenía sueño cuando sintió el toque brusco de alguien y abrió los ojos un poco impresionado.
¿Qué no tienes memoria?-oyó la voz de la muchacha y luego sintió sus pequeñas manos sobre su pecho- Por favor ya para con esto.
Dyane...
Estoy hablando en serio –oyó la voz firme de la muchacha pero no hizo más que abrir los ojos impresionado por aquel acto y trató de enfocar bien la vista en ella que estaba a algunos metros de él- ahora dame el número de Jong In o de JunMyeon para que llamar.
Sehun se sintió extraño en ese momento, vio los orbes de Dyane y luego su mano frente a él extendida pero fue tan bobo de confundirlo todo que tomó aquello como una invitación y la abrazó tomándola desprevenida, su corazón por fin dejó de sentirse frío y trató de no pensar en las incontables noches que había llorado por ella, Sehun de repente se encontraba en un estado de descontrol, cerró los ojos con fuerza y cuando menos lo esperó un sollozo salió de sus labios al igual que un montón de vaho por el frío.
