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Dyane abrió los ojos sonriendo cuando oyó el timbre, se levantó de la cama emocionada al ver que exactamente habían pasado dos días desde que BaekHyun se había ido. Corrió emocionada y sin zapatos hasta la puerta cuando la abrió olvidando que días atrás se había visto envuelta en un problema que la dejó al borde del colapso hasta que su mejor amiga había aparecido.
Detrás estaba aquella mujer adulta que había visto en la iglesia junto con una pila de bolsas y cajas a su lado.
Pónganlas dentro –ordenó el grupo de muchachos que estaban detrás.
Dyane se hizo a un lado dejando pasar a todas las personas que dejaron todo sobre los muebles y la mesa de centro, notó que habían algunas cosas de comer, incluso le pareció ver ropa hasta que la mujer habló.
Espérenme en el auto –dijo dando algunos pasos dentro mientras miraba la casa.
La muchacha agradeció a estos y luego de que la mujer entró a la sala cerró la puerta nerviosa.
¿Mi hijo?-cuestionó dejando su bolso en uno de los muebles.
Salió en un viaje –acotó- debe estar por llegar hoy.
Su suegra miró el techo, miró los muebles y finalmente fue a dar con la muchacha que nerviosa se sujetaba las manos, la mayor la barrió con la mirada hasta que la miró directo a los ojos. Dyane estaba segura que algo malo le diría por como frunció el ceño y mentalmente se preparó para aquello.
BaekHyun suele ser bastante exigente con la comida –susurró- no deja que duerman en su cama y rara vez es cariñoso, BaekHyun es muy serio en casa y detesta que lo toquen, odia el polvo y el desorden.
Dyane frunció el ceño incluso cuando la oyó hablar, no entendía nada de lo que decía su ahora suegra hasta que se cruzó de brazos y la miró.
BaekHyun de la noche a la mañana dejó la empresa, dijo que no quería trabajar más en algo que no le gustaba y se fue a hacer unas supuestas prácticas –susurró- ¿Sabes que no existen dichas prácticas?
Dyane abrió los ojos sorprendida, la sangre se le heló y no pudo evitar entreabrir los labios por lo que acababa de oír.
Él solo se quedó por ti –la miró- de la noche a la mañana dijo también que se iba a casar y no entendí nada hasta que te vi, Dyane Feraud.
Yo...
No he terminado todavía, por favor deja que continúe –agregó de inmediato- BaekHyun ha cambiado su vida por ti y no sé si realmente valga la pena tanto esfuerzo de mi hijo porque nunca nos hemos visto, yo no tengo ni idea de lo que estás pensando en este momento ni lo que pensaste cuando aceptaste en casarte con él embarazada del hombre que le destruyó el corazón. Dyane, quiero que entiendas solo una cosa...
Señora...
No voy a regalarte a mi hijo, no pienso dejar que te aproveches de él –cuando Dyane alzó la vista no pudo evitar sentirse triste ante los ojos llorosos de su suegra- no quiero que nadie se aproveche de él, no quiero que le hagan más daño.
