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Dyane llegó a casa suspirando, el día le había parecido largo y bastante incómodo, todo el camino la había pasado pensando en Sehun y su frase tan fuera de foco, Dyane todavía sentía su presencia, paranoica miró a todos lados cuando caminó junto con América hacia la estación de buses ignorando lo que esta le estaba contando acerca de ChanYeol.
Dyane tenía clavada en el subconsciente su mirada, aquella sensación tan extraña que ahora sentía al verlo no se le había ido y en todo el camino a casa se mantuvo mirando la ventana tratando de distraerse cuando realmente en lo que pensaba era en no haber llorado. Sí, se había sentido Patética al final de todo.
Se dijo a si misma cuando abrió la puerta que debía dejar ese episodio donde ocurrió, cuando vio nerviosa a su madre y a BaekHyun levantarse del sofá sintió que el aire se le fue de los pulmones, podría haber pensado mal hasta que su madre se acercó a ella con una sonrisa de oreja a oreja y con ambas manos juntas, como si estuviese a punto de aplaudir, casi juraba que estaba llorando hasta que tomó sus hombros.
¿Qué pasa?-susurró esta mirando a su progenitora.
No me equivoqué... él es un ángel, Dyane –susurró para luego girar a ver al muchacho.
Dyane miró a BaekHyun que sonreía de manera tierna hacia ella y luego miró a su madre que le besó la frente tocándole el rostro con cariño, Dyane no comprendió nada hasta que su madre salió de la casa con la excusa de que debía ir a la florería y los dejó a los dos solos en la sala con miles de preguntas en la cabeza.
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¿BaekHyun?-susurró Dyane mientras lo miraba dubitativa- ¿Qué está pasando?
BaekHyun no dijo nada, estiró ambas manos hacia ella esperando que esta lo abrazara pero en vista de que seguía mirando sus ojos pidiendo una respuesta este la abrazó con fuerza, Dyane seguía en medio de la nada con una expresión extraña, sin embargo, sabía que estaba a salvo. BaekHyun estaba ahí y estaba claro que no era nada de que preocuparse.
Ya encontré la solución Dyane –susurró cerca de su oído y de manera dulce.
Dyane se alejó un tanto de él sin lastimarlo y lo miró frunciendo el ceño, estaba tan perdida entre frases que volaban en su cabeza que no se dio cuenta cuando BaekHyun había tomado su mano, miró las expresiones del rostro del muchacho que ahora miraba hacia otro lado cuando posó los ojos sobre aquel brillito que ahora brotaba como si tuviese vida y que estaba su dedo anular.