Sydney Rodríguez siempre soñó con conocer a su gran ídolo desde el inicio de la adolescencia, Finn Wolfhard. Pero nunca imaginó que un viaje a Estados Unidos para celebrar su cumpleaños la llevaría a cumplir su gran sueño de conocerlo. Y tal vez, no...
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Estamos apunto de aterrizar en el aeropuerto de California. Mi mamá al ver mis nervios me acaricia el rostro.
—¿Estás bien?—preguntó.
—Un poco nerviosa—respondí.
Y cómo no estarlo, sí me quedaría todo un mes en un nuevo país con otro idioma, y cabe decir que aunque sé un poco de inglés, sigo siendo un asco en ello.
En cuanto aterrizamos y recogimos nuestras maletas encontramos a mis tíos en la puerta del aeropuerto esperandonos.
Duramos una hora de camino cuando por fin llegamos a la casa en la que estaría por un mes. En cuanto llegamos, la mascota de mi madrina, la cual era una perrita de nombre Nina, nos recibió levantando sus patas delanteras y poniéndolas sobre nuestras rodillas uno a uno, pues era su peculiar forma de saludar.
Quería saludar a mis primos pero ya estaban dormidos, así que yo también me fui al cuarto que sería mío y me dispuse a descansar.
ᚔ
❏Este libro está en edición, sin embargo tendrá la misma extensión que anteriormente tenía. Los cambios serán principalmente de presentación.