𝑼𝒏 𝒅𝒊́𝒂 𝒄𝒐𝒏 𝑭𝒊𝒏𝒏 𝑾𝒐𝒍𝒇𝒉𝒂𝒓𝒅 [𝑻𝒆𝒓𝒎𝒊𝒏𝒂𝒅𝒂]

Capítulo 9

SYDNEY RODRÍGUEZ

Al día siguiente, Julieta me contó que tuvo una video llamada con sus artistas favoritos gracias a Wyatt, y después la invitó a salir y le dijo todo lo que sentía.

También me dijo que después de la video llamada abrazo a Wyatt y le dió un beso en la mejilla.

En cuanto al resto de los chicos me dijeron que Miranda y Lia también conocieron a sus ídolos gracias a Noah y Jaeden, todos tuvieron citas, pero no se dijeron lo que sentían como Wyatt y Julieta, aunque obviamente lo sabían.

A la salida de la escuela, Finn vendría por mí para ir a comer, y Julieta saldría con Wyatt, pero él no irá por ella. En cuanto salí me topé con Iván, mi ex novio.

—Hola—dijo después de que chocaramos.

—Hola, lo siento—me disculpé.

—No hay problema, chocar es la única manera de hablar—respondió con una sonrisa.

—Es bueno hablar contigo—le devolví la sonrisa.

—Igual, ¿y van a venir por ti?—preguntó.

En ese momento llegó una camioneta donde estaba Finn.

Llegó, me saludó y me abrazó. Iván se nos quedó viendo perplejo.

—Él es Finn, es mi novio—lo presenté.

—Hola—saludó Finn.

—Hola, ¿eres el que sale en IT y en Stranger Things?—preguntó Iván con timidez.

—Si, ¿y tú quién eres?—respondió amablemente.

—Soy Iván, soy...—empezó a decir.

En ese momento llegaron los amigos de Iván.

—Es el ex novio de Sydney—respondió uno de sus amigos.

—Un gusto—dijo Finn con un gesto incómodo y algo celoso.

—Igual—dijo Iván.

—¿Y ya se besaron—intervino otro amigo de mi ex novio.

—Chicos, ya basta—reprochó Iván avergonzado.

—Si ya, gracias—dijo Finn molesto.

—No creo que tantas veces como se besaron Iván y Syd—intervino el último de los amigos.

Finn apretó su barbilla y su puño. Sabía que iba a golpear a sus amigos, así que intervine.

—Bueno, ya es hora de irnos, nos vemos luego—dije tomando la mano de Finn y subiendo al auto.

Antes de subir, alcancé a escuchar que los amigos de Iván se burlaron de él porque lo cambié por un actor.

Llegamos a un lugar que desconocía, ya que en cuanto el auto paró, Finn me vendo los ojos.

Caminamos un poco, pero él me estaba tomando de la mano y guiándome, ya que no podía ver nada.

—Finn, ¿me puedes decir que estás tramando?—dije nerviosa.

—Nop, es una sorpresa—se negó.

—Ay, tú y tus sorpresas. Sabes que, ya me dió miedo—comencé a asustarme.

—Tranquila, confía en mí—se rió.

Al llegar, me destapó los ojos y ví que estábamos en un campo hermoso con un lago y un muelle.

—¿Qué hacemos aquí?, ¿no íbamos a comer?—fruncí el ceño.

Finn sacó una canasta con un mantel y comida.

—Disculpe señorita Rodríguez, ¿querría hacer un picnic conmigo?—dijo elegantemente.

—Por supuesto, señor Wolfhard—me reí.

Nos sentamos a comer y a platicar, y al terminar, nos sentamos en el muelle a observar el lago.

Finn observó cómo mis ojos se iluminaban al ver el paisaje. Cómo sonreía, amaba mi sonrisa, y sabía que yo era la razón para despertar cada día y no quería perderme, al igual que yo a él.

—Syd—me llamó.

—¿Si?—dije.

—En serio, eres lo mejor que me ha pasado—dijo sincero.

Me recosté sobre su hombro y vimos el atardecer.