Sydney Rodríguez siempre soñó con conocer a su gran ídolo desde el inicio de la adolescencia, Finn Wolfhard. Pero nunca imaginó que un viaje a Estados Unidos para celebrar su cumpleaños la llevaría a cumplir su gran sueño de conocerlo. Y tal vez, no...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Camino ahí, note que no podía despegar los ojos de Finn y que el tampoco de mi, eso causó que sintiera muchos revoloteos de mariposas en mi estómago.
ᚔ
FINN WOLFHARD
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La verdad, Sydney me parecía una persona muy linda, divertida y bonita, y durante todo el trayecto no podía dejar de mirarla.
No sabía exactamente porqué, pero para mí poseía una magnificencia única.
Llegamos a aquella casa y todos eran muy amables, aunque todos los sobrinos del tío de Sydney se acercaron a tomarse fotos conmigo, pero por suerte, ella me saco del embrollo.
—Gracias—dije a la chica.
—No fue nada. Les dió un ataque de fan, pero ya verás que son muy buenas personas—me tranquilizó—¿Tienes hambre?—preguntó.
—Mucha, y será la primera vez que comeré comida de tu país—dije sincero.
—Te va a encantar, lo sé—me aseguró.
Y tenía razón. En cuanto le dí el primer mordisco a la comida me brillaron los ojos y comencé a comer como si no hubiera un mañana, sin importarme si me veía mal haciéndolo.
Terminamos de comer y ya estábamos listos para ir a Disneyland.