CAPÍTULO 11

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El Jeep de Stiles aparcó en la clínica veterinaria en la que Scott trabajaba.

Sí, a Nina le pareció irónico que al momento que Derek estuviese enfermo, lo llevasen a una clínica para animales, pero como sea, no era el momento para burlarse de él, al menos no cuando lucía agonizante. 

Ya le molestaría después.

Rápidamente el castaño salió disparado del auto para correr hacia un contenedor. Ante eso, la cazadora resopló incrédula cuando notó que Stiles no ayudaría a Derek a caminar para entrar en la veterinaria.

El pobre hombre lobo reposó su cuerpo contra el Jeep celeste apenas salió. Su cuerpo lucía exhausto y adolorido, y apenas podía moverse sin tambalearse, amenazando constantemente con caerse al suelo inconsciente.

Por consecuente, Nina bajó del Jeep con prisa y refunfuñó cuando tuvo que prácticamente obligar a Derek a recibir su ayuda. 

No podía creer que, aun en sus peores momentos, el orgullo del gruñón fuese más importarte que preservar su vida.

Finalmente, su pesado brazo se instaló sobre el hombro de la chica, y ella rodeándolo por la cintura, lo ayudó a caminar hasta la clínica cuando Stiles había conseguido abrir la puerta del lugar y se encontraba adentro revisando su celular, sin intenciones de ayudar.

Instantáneamente, la cazadora refunfuñó mentalmente.

«Claro, que la chica con tacones y dolor de pies haga el trabajo pesado de cargar al animal herido».

Sin poder quejarse en voz alta, o el moreno y sus sentimientos se ofenderían, la adolescente cernió su brazo con fuerza al cuerpo de él para sujetarlo bien y así no caer de bruces al suelo.

Derek por su parte, intentaba ayudar lo más que podía a la rubia, cooperando con sus pasos acelerados e intentando no dejar todo su peso en la pequeña chica. Era como si un ratón intentase cargar a un león.

―Por favor, intenta no desmayarte mientras yo te cargo. No tengo intenciones de caer contigo al suelo y lastimarme el rostro ―solicitó de mala gana Nina cuando sintió que el cuerpo de Derek estuvo a punto de desfallecer.

En esa ocasión, el hombre lobo hubiese soltado un ácido comentario hacia la rubia si no fuese porque se sentía lo suficientemente mal como desperdiciar sus últimas palabras discutiendo con ella.

Además, el sonido de perros ladrando anunció que éstos no eran muy simpatizantes de su presencia. 

La cazadora intentó sentar a Derek con sumo cuidado sobre unos sacos de comida depositados allí, lo cual terminó con el cuerpo de Derek cayendo como si fuese un saco más de la pila.

Él luchó por regularizar su respiración. Sus ojos se cerraron, y la luz blanca y brillante no ayudaban en nada a mejorar su aspecto. 

Su rostro estaba más sudado, al igual que su espalda ―según lo que Nina había sentido―, las ojeras bajo sus ojos habían incrementado. Y aún así, continuaba siendo una obra digna de apreciar.

―¿"Acónito azul nórdico" les dice algo? ―interrogó Stiles en cuanto leyó el mensaje que Scott le había enviado.

Entonces, la rubia concentró su mirada sobre él y quiso darse de cabezazos contra una pared cuando recordó de que se trataba.

«¡Gracias cerebro! Para la próxima vez intenta recordar información útil antes de que el pobre hombre ya esté agonizando del dolor. Ahora por tu culpa, tal vez ya estemos en problemas».

➀𝐂𝐨𝐥𝐝 𝐚𝐬 𝐦𝐞╊𝐃𝐞𝐫𝐞𝐤 𝐇𝐚𝐥𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora