EPÍLOGO

10.2K 714 379
                                    



SEIS SEMANAS DESPUÉS.


Era de madrugada, y las enfermeras habían terminado su penúltimo recorrido nocturno, transformando ese momento en uno perfecto para que Nina ejecutara el plan que concienzudamente había elaborado los últimos días.

Después de haber estado en el ojo de todos, principalmente el de sus tíos, era la primera vez en más de un mes que tenía algo de privacidad, o al menos la justa para poderse escapar.

Retirando con fuerza la aguja del suero, que por cierto era muchísimo menos dolorosa que la de transfusión, se sacudió de sus sábanas de hospital y se sentó en la camilla.

En su dedo yacía el medidor de signos vitales que, o se lo robaba en su tonta travesía de esa noche, o lo apagaba para que no hiciese ruidos de muerta cuando se lo fuese a quitar.

Para no acumular más delitos de los que había contado en sus escasos dieciséis otoños, prefirió apagarlo para quitárselo y se colocó de pie.

Como secuela de lo que había vivido con Kate, sus piernas temblaron un poco al tener que sostenerse por su cuenta por primera vez, ya sin ayuda de su tío o algún burrito de hospital. Evitó pensar en que le costaría caminar bien de nuevo luego de los golpes que recibió de su tía muerta una, así como en la gran pérdida de sangre que tuvo. De hecho, evitó pensar en todo lo que no fuese él.

Afirmándose de la cama, buscó en el cajón de su cómoda un pantalón de jeans y una enorme sudadera, así como la daga y el celular que Victoria le había ocultado allí por cualquier situación, y luego caminó hacia la puerta.

Revisó el exterior con cuidado en cuanto la abrió, descubriendo un pasillo oscuro con tan sólo una luz que provenía de la estación de enfermeras, la cual estaba a unos metros de allí. De forma silenciosa, decidió salir de su cuarto rumbo a las escaleras.

No se detuvo al llegar allí, ni tampoco cuando estuvo en el exterior del hospital con la adrenalina a tope en su cuerpo. No fue hasta que estuvo cerca del inicio de la reserva, que se permitió detenerse a respirar.

Inspiró hondamente el olor a tierra humeda y naturaleza, lo cual era un alivio a su nariz después de tanto tiempo rodeada de desinfectante y medicamentos. Entonces, se permitió observar el paisaje que tenía en frente con un aire de nostalgia.

Era el bosque en donde todo había iniciado allí, y también sería en donde iba a terminar.

Su respiración era agitada y ella no sabía si era por estar corriendo o porque ahora la rabia la inundaba, sacudiéndola.

Unas pocas gotas de llovizna chocaron contra su rostro, permitiéndole absorberse en los recuerdos de varias noches atrás, en la cual sus amigos se escabulleron al interior de su habitación para colocarla al tanto de todo.

Empezaron por decirle que había sido Jackson quien, cediendo a la presión de Chris cuando lo descubrió hablándole a dos luces infrarrojas, supuestamente los ojos del Alfa, arruinó todo el secreto de Scott.

Luego, entre sonrisas enamoradas, Scott le confesó que le había dicho "te amo" a su prima la noche del baile, poco antes de que todo se arruinase por la intervención de Chris.

Además, Peter había mordido a Lydia esa misma noche y nadie sabía en qué se estaba convirtiendo, pues no estaba sanando como lo hizo Scott y tampoco rechazando la mordida.

No obstante, nada tuvo más peso en su cabeza que lo que supo de Derek.

Había tomado el poder de Peter aquella noche y se había convertido en el nuevo Alfa de Beacon Hills. 

➀𝐂𝐨𝐥𝐝 𝐚𝐬 𝐦𝐞╊𝐃𝐞𝐫𝐞𝐤 𝐇𝐚𝐥𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora