➀𝐂𝐨𝐥𝐝 𝐚𝐬 𝐦𝐞╊𝐃𝐞𝐫𝐞𝐤 𝐇𝐚𝐥𝐞

CAPÍTULO 24

Esclava del celular, revisaba ansiosamente sus notificaciones cada tres minutos, esperando recibir cualquier señal de vida de Derek luego de no poder quitárselo de la cabeza esa mañana, y menos después de conversar con Scott.

¿Estaba preocupada por él? Pues, sólo un poquito, la verdad. En el fondo, sabía que Derek era astuto y se colocaría a salvo, ocultándose quizás en un lugar abandonado, una cueva o algo así, pero de todos modos deseaba saber cualquier cosa sobre él.

De pronto, su vida había tomado un vuelco radical apenas el pensamiento de que podía morir a manos de su familia o el Alfa se instaló en su cabeza, colocando el bienestar de éste como lo más importante en su lista de cosas por cuidar.

Mientras, como si su cuerpo estuviese luchando contra una gripe, se sintió agotada, débil.

Esto no era algo que Nina sabía lidiar, pues los hombres en su vida comúnmente la seguían como moscas, llenando su buzón de WhatsApp con cada ridiculez, pero el lobo no era así. 

Él no tenía escrupulos en desaparecer como si estuviese muerto, y luego reaparecer como en domingo de resurrección. Y no resistiendo a su ansiedad, Nina tecleó un mensaje en su chat.

- Hola, desaparecido. No he
sabido nada de ti, así que espero
que estés a salvo, que el Alfa no te haya
encontrado en su camino y ahora estés tirado
en alguna zanja, cortado en dos.
Aunque si leíste este mensaje, significa que
sigues vivo. Como sea, hoy es luna llena,
así que ten cuidado. Adiós.

Frunció su ceño, con disgusto. Ni siquiera podía reconocerse a sí misma al leer ese mensaje.

«¿Espero que estés a salvo?, ¿Ten cuidado?  ¡Que asco! No, no enviaré esto por nada del mundo. Va a creer que me preocupo por él, y sí, lo hago, pero tampoco debo ser tan obvia. Debo sonar más... yo».

Borrando todo el mensaje, escribió otro.

- Hey, idiota, gracias por dar
señales de vida.

Volvió a fruncir su ceño, arrugando su nariz.

«No, sigo sonando rara. ¡Ay, qué demonios me pasa! De seguro tengo gripe y me estoy idiotizando de a poco, o volviéndome una mujer lobo, no sé. ¿Y usar sarcasmo con él? ¡Já, no! Capaz y crea que sí le estoy agradeciendo por dar señales de vida con lo idiota que es».

Un último intento, y tecleó pocas letras para darle forma a su mensaje.

- Hola.

Satisfecha, le sonrió a la pantalla del celular y antes que pudiese enviarlo, presionó el botón de bloquear pues sus amigos venían en su dirección. Stiles, quien traía una expresión entusiaste, sacudía al deprimido Scott.

Ambos vestían sus uniformes de lacrosse, listos para el entrenamiento, mientras que Nina sólo les serviría como apoyo y también para escapar de casa una hora más.

―Hey, ¿Qué hacías en tu celular? ―inquirió el castaño, curioso. 

―Nada. Sólo iba a escuchar cada canción triste que he descargado, repetidamente ―medio mintió Nina, pues sí planeaba hacerlo, pero sólo después de enviar el mensaje que dejó en cola.