3 de Septiembre del 2017
Cómo supe que su ánimo era raro.
Laura
Domingo. Se supone que en estos días nadie viene al local así que me esperaba un día tranquilo. Ross nunca viene los domingos así que me encontraba aliviada, lo estuve evitando estas dos semanas. Julianne se encargaba del pedido, ya que había cambiado su turno, y yo ayudaba a Silvia en la cocina.
— Nop, hoy no te refugiarás en la cocina. — dice Julianne, deteniendo mi recorrido hacia mi escondite. — Lo besaste, no ha dejado de preguntar por ti en estas dos semanas. Le interesas.
— Si, para tenerme en su cama... — murmuro.
— Bueno, eso ya es cosa de ustedes. Realmente disfruto de la compañía de Silvia y ese es mi trabajo, el tuyo es la caja. Ve allí.
La fulmino con la mirada. — Te detesto, Julianne Maxwell.
— Me amas. — responde sonriendo dulcemente para después marcharse.
Suelto un suspiro y me dirijo a la caja. Bueno, de todas formas él no venía hoy. Decido adelantar mi lectura ya que no había muchos clientes, pero entonces escucho una voz infantil.
— ¡Laura! — exclama.
Levanto la vista de mi libro "Cumbres Borrascosas" y veo a Tessa, que viene corriendo a saludarme. Salgo del mostrador y la abrazo con fuerza, de inmediato siento sus brazos rodeándome.
— Hola, princesa... Hace tiempo no te veía. — murmuro sonriendo.
— Con papá te hemos extrañado. — dice haciendo puchero.
— Jamás he dicho que yo la extrañaba, Tessa. — replica Ross sin siquiera mirarme.
— No mientas. "Yo también la extraño, cielo. Pero está trabajando" — cita textualmente.
Sinceramente, me impresiona demasiado su nivel de inteligencia. Aunque es muy común en los chicos con autismo. Sip, estuve leyendo sobre ello por si me encontraba otra vez con Tessa.
— Jodida traidora... — murmura su padre, sonriendo levemente.
Tessa me suelta y yo vuelvo a mi puesto, ni siquiera miro a Ross. No me daba la cara para aquello.
— ¿Qué van a pedir? — pregunto.
— Dos medialunas con un licuado de banana, un tostado con café... — pide y clava sus ojos en mi. — ¿Y tú que quieres? — me pregunta.
— Yo... ¿Esta es tu manera de invitarme a desayunar con ustedes? — le pregunto levantando una ceja.
— ¿Aceptas? — pregunta Tessa, poniéndose de puntitas de pie para mirarme.
Sonrío levemente y asiento. — Solo por Tessa. — le respondo a Ross. — Pediré dos medialunas y un café.
— De acuerdo. Te esperamos en la mesa.
Le paso el ticket, y tras pagarme se va a su mesa junto a Tessa. Lo miro sorprendida ante su comportamiento. ¿Qué demonios estaba pasando?
— Julianne, ¿puedes cubrirme por media hora? — pregunto entrando a la cocina. — Ross y Tessa quieren que los acompañe en el desayuno, el jefe me dijo que debo complacer al señor Lynch en todo lo que me pida. Esto no es muy difícil de hacer así que he accedido.
— De acuerdo. Yo te cubro. Lily les llevará el pedido en unos minutos. — me informa.
— Eres la mejor. — digo sonriendo inocentemente antes de irme a la mesa.
Tessa está más tranquila que la última vez que vino al lugar y sé que es porque hoy el local está en silencio y muy poco habitado, me agrada que no esté encerrada en su mundo. Me siento al lado de Ross y en frente de ella.
— ¿Cómo has estado? — le pregunto.
— Bien... Haré de Rapunzel en una obra del jardín. — comenta sonriendo levemente.
— ¡Eso es genial! Luego le pediré a tu papá que me pase fotos.
— O puedes ir... — propone Ross, mirándome.
— Yo... — comienzo a negarme, pero Tessa habla.
— Si, papá va solo. Me gustaría verte allí. Siempre va solo papá, nadie más.
— Pero debo trabajar. — respondo dirigiéndole una sonrisa de disculpa.
— Yo hablo con tu jefe.
— ¿Por qué quieres que vaya? — le pregunto a Ross confundida.
— Porque... Le agradas a mi hija, y eso es muy poco común. — murmura.
Estoy a punto de responder, pero en ese momento Lily llega con los pedidos.
— Muy bien. Tostado con café para el imbécil, medialunas con licuado de banana para la mocosa y medialunas con café para Laura. — dice colocando los pedidos.
— No me agradas, Lily. — susurra Tessa fulminándola con la mirada.
— Ni tú a mi. — replica mi amiga.
— ¿Ves? Te lo dije. Muy raro que a Tessa le agrade alguien. — me dice Ross para después mirar a Lily. — ¿El imbécil? ¡Te dije que era solo una noche! — exclama rodando los ojos.
— No, no lo hiciste. — discute Lily.
Miro confundida a Ross y luego a Lily, sin entender muy bien lo que sucedía. ¿Cómo Lily conocía a Tessa? ¿Por qué Lily y Ross se llevaban tan mal? Bueno, tenían una relación bastante extraña.
Tomo un poco de mi café mientras que Lily y Ross siguen discutiendo.
— ¡Sí que lo hice! Tú has sido la que se creyó que iba a ser diferente, no es mi culpa aquello. Además, no entiendo cuál es tu problema... Ya pasó. Olvídalo. — dice Ross.
— ¡No puedo olvidarlo cuando tendré un bebé por aquella estúpida noche! — grita.
Escupo mi café sin poder evitarlo, afortunadamente no fue en la cara de Tessa.
— ¡¿Qué?! — preguntamos Tessa y yo al mismo tiempo.
¿Ross y Lily se habían acostado?
¿Lily está embarazada de Ross?
¿Estoy desayunando con el padre del hijo de mi amiga?
¿Qué demonios está pasando aquí?
¿En qué me metí?