Maratón 1/3
Cómo todo se derrumbó
Laura
El sonido del reloj, indicando cada minuto que pasa, se vuelve completamente molesto. La habitación está en silencio. Estoy sola. Los médicos habían venido a revisarme y cuando vieron que estaba bien, se marcharon.
Miro hacía la ventana, y recuerdo cómo es que llegué hasta aquí. Eso hace que mis ojos se llenen de lágrimas. Ross me mintió. Me enamoré pérdidamente de él, y fue una mentira. Se acostó con Julianne.
Comienzo a llorar desconsoladamente, por todo lo que había pasado, por todo lo que había perdido y por lo mierda que era la vida conmigo. Una parte de mi, maldecía al mundo por no dejarme ir de una vez. Sobreviví a un accidente aéreo, sobreviví al impacto de un coche contra mi. ¿Cuándo llegaba mi hora? Empezaba a quedarme sin nadie en mi vida, nuevamente estaba sola.
— ¡Mamá! — grita una voz infantil.
Giro la cabeza hacia la puerta y me encuentro con Tessa, ella me está sonriendo ampliamente y no tarda en correr hacía mi. La ayudo a subirse a la cama y la abrazo con fuerza mientras lloro.
No, no estaba sola. Tenía a mi hija. Tenía a Tessa.
— Hola, cielo... — susurro sollozando mientras la acurruco en mi.
Tessa me abraza con más fuerza. — Por favor... No vuelvas a dejarnos... — pide llorando. — No quiero perderte.
Levanto la cabeza de Tessa con suavidad para que me mire y seco sus lágrimas lentamente, acariciando sus mejillas con mis pulgares.
— No me iré a ninguna parte. Jamás te dejaré. — afirmo.
— ¿Lo prometes?
— Lo prometo, cariño.
Tessa sonríe ampliamente y vuelve a abrazarme. Cierro los ojos y disfruto de su abrazo, de la sensación de tener a mi hija conmigo. Me reconforta tras todo lo sucedido y ella hace que agradezca seguir viva.
— Realmente eres inmortal... — dice una voz masculina desde la puerta.
Me giro ilusionada por encontrarme a Ross, pero es una completa decepción ver allí a su primo. James.
— No soy la persona que planeabas ver, ¿eh? Mis sentimientos han sido heridos nuevamente. — bromea.
Río suavemente mientras ruedo los ojos, James se acerca a mi y besa mi frente para después mirarme.
— Me alegro de que sigas con vida, Laura... Nos has dado un susto de muerte.
— Como te darás cuenta, es difícil deshacerse de mi.
James suelta una carcajada. — Y no te das una idea de lo mucho que agradecemos aquello.
— ¿Tú trajiste a Tessa? — le pregunto.
Aunque la intención de mi pregunta es otra "¿Vino Ross a verme?"
— Si, Lily y yo la trajimos. Lily está hablando con tus médicos... — comienza a decir pero se detiene al ver mi cara. — No. No quieres saber eso en realidad. Ross. Eso quieres saber, ¿verdad?
Evito mirarlo y clavo mis ojos en la ventana nuevamente, me avergonzaba admitir el hecho de que a pesar de todo lo que me hizo, yo lo necesitaba conmigo ahora mismo.
— Resultó ser más hijo de puta de lo que ya era. Cuando pasó lo del accidente y tú quedaste en coma, ya te descartó. Julianne y él son novios desde hace ya más de un mes, no tienen una relación pública aún porque a Ross le daría una fama fatal aquello. No ha venido a verte si es lo que también quieres saber, yo lo mantuve informado dos semanas pero él luego ya no quiso saber más nada del asunto. — me comenta.