4. Mujeriego

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27 de agosto del 2017

Como supe lo que era. (¿Por qué lo ignoré?)

Laura

Sabía que mi día iba a ser malo en cuanto me desperté sin música, nada en absoluto. Suelto un suspiro y me dirijo al baño, optando por una ducha antes de afrontar un día difícil con mi abuelo y con la culpa.

Cuando salgo del baño ya vestida para ir al trabajo, me dirijo a la habitación de mi abuelo Luca, abro la puerta con cuidado y lo veo sentado en la cama mirando a un punto fijo.

— Me llamaron para la guerra, Ellen... Debo irme pronto. — murmura sin mirarme.

Mis ojos se llenan de lágrimas y me siento al lado suyo, intentando no llorar y ser fuerte.

— No soy Ellen, abuelo... Soy su hija, Laura. Tú me llamas Laur. Estás fuera de servicio, no hay guerra. Acuéstate, ¿si? Hoy cuidaré de ti. — digo en voz baja con suavidad.

— No, tú eres Ellen... Tú eres mi hija y yo debo irme. ¿Qué te sucede?

— Ellen murió en un accidente aéreo. Ya no está aquí, lo siento mucho... — susurro.

— No... ¡No! ¡Mientes! ¡Ella está bien! ¡Tú eres Ellen! ¡Tú eres mi hija! — comienza a gritarme, enloquecido.

Lo recuesto en la cama con cuidado y él niega con la cabeza repetidamente mientras sus ojos se llenan de lágrimas.

— Ellen, debo irme a la guerra... ¿Dónde estoy? — pregunta de repente, mirando desorientado su habitación.

— Papá, me acaban de llamar y me dijeron que no te necesitan. Puedes quedarte en casa conmigo, ¿qué tal si jugamos al truco?

Sabía que lo mejor era seguirle la corriente una vez que no comprendía lo que ocurría, así eran mis días y sinceramente lo odiaba.

— Pero tú odias el truco, hija.

Sonrío levemente y acaricio su cabello con suavidad. — Tienes razón. Lo detesto. — admito. — ¿Qué te parece si duermes un poco?

— ¿Te quedarás conmigo?

— Lo prometo, papá... — murmuro y me acuesto a su lado.

Unos minutos después, él se queda dormido y yo me marcho a mi trabajo. Nora cuidaría de él mientras yo no estaba, podía confiar en ella.

— De acuerdo, tenemos que hablar de algo. — dice Lily apoyándose en el mostrador.

— ¿Si? — pregunto mientras la miro.

— Aléjate de Ross Lynch.

— ¡Ni siquiera me he acercado a él! — exclamo.

— ¡Han salido con la mocosa!

— Oye, la mocosa se llama Tessa y es realmente adorable. No es una mocosa.

— Oh, lamento meterme con tu hija adoptiva.

Mi cara toma color y bajo la mirada. Estúpida Lily.

— Hablando en serio, te quiero muchísimo y Ross no es el hombre que quieres en tu vida. Es un hijo de puta mujeriego que jamás se enamorará de alguien más que su propio reflejo, ¿puedes confiar en mi? Aléjate de él. Solo quiero protegerte. — me dice sonriendo levemente.

— No necesito que me protejas, Lily... Estoy bien, jamás me enamoraría de Ross Lynch. — le aseguro.

— Yo no apostaría por eso. — dice una voz masculina y mis ojos se encuentran con Ross, él mira a Lily sonriendo de lado. — Que rápido que has desechado mi amor.

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