7 de Agosto.
Cómo lo conocí.
Laura
Me despierto con "Caribbean Queen" sonando a todo volumen y suelto un suspiro. Mi abuelo ha despertado. Bajo las escaleras luego de haber ido al baño y vestirme para el trabajo.
— ¡Caribbean Queen, now we're sharing the same dream! — canta usando un peine como microfono arriba del sillón.
Está usando su típico pantalón corto de Bob Esponja para dormir. En serio, ¿quién vende esa maldita ropa para adultos?
— ¡Abuelo, bájate de ahí antes de que te caigas y rompas tu cadera por tercera vez en el año! — grito apagando la música.
— Eres una aburrida, Laur... — murmura, pero de todas formas me obedece.
Ruedo los ojos y me voy a la cocina para preparar su desayuno y pastillas. Mi abuelo tiene 86 años, pero de todas formas físicamente se mantiene bien... Mentalmente no. Padece de alzheimer, y solo en sus días lúcidos es así y me dice por mi nombre, me llama Laur desde que tengo memoria. Hoy era uno de esos días.
— ¡El desayuno está listo! — anuncio mientras arreglo mi cabello.
En cuestión de segundos, él ingresa a la cocina y ataca su desayuno tras tomar sus pastillas.
— Escucha, iré al trabajo... Si necesitas algo, lo que sea, llámame. Nora vendrá en unos minutos, ya estoy llegando tarde como para esperarla. ¿Me prometes que te portarás bien y no te pasarás con ella?
— Lo prometo... — dice en voz baja, demasiado concentrado en su desayuno.
Asiento, no muy convencida de si esto será una buena idea, y me marcho al trabajo. Es mi primer día. Tengo 23 años, mi vida se ha basado en cuidar a mi abuelo desde hace dos meses y el dinero que teníamos ha comenzado a ser insuficiente así que conseguí un empleo.
¿Por qué me ocupo de mi abuelo sola? Mis padres y mi hermana mayor murieron en un accidente aéreo hace tres meses, yo fui la única sobreviviente. Mi cuerpo tiene pequeñas cicatrices que me recuerdan a esa mala experiencia, es por eso que no me veo demasiado tiempo en el espejo. Odio verlas.
Llego cinco minutos tarde al trabajo pero ninguno de mis compañeros parece notarlo, una chica pelirroja y bajita se acerca a mi mirándome con unos ojos verdes preciosos.
— Tú debes ser Laura Marano. — me dice sonriendo ampliamente.
— Si, un gusto conocerte. Siento la demora. — me disculpo.
— Oh, no te hagas problema. Siempre serás mi relevo, pero hoy me quedaré para enseñarte como funciona este lugar. Por cierto, soy Julianne. ¿Lista?
— Si, claro... — murmuro.
¿Cómo puede tener tanta energía a las siete de la mañana? No sonrío así a estas horas ni aunque me dijeran que gané dos millones de dólares.
— Bien, esta es la sección de la cocina. Esa es Silvia, ¡cocina delicioso! — dice señalando a una mujer rubia que tiene cara de pocos amigos mientras recorremos el lugar. Así me vería yo en las mañanas. — Estas son las mesas en donde atendemos, ellas son Stacy, Lily, es una perra total, y Ally, su hermana. — prosigue cuando seguimos caminando, entonces llegamos a la caja. — Y aquí estás tú hoy. La caja. Las personas hacen aquí sus pedidos y luego van a unas mesas a esperarlos. Pronto conocerás a más personas, no todas son tan agradables como yo... pero estarás bien.
Río levemente y asiento mientras sonrío, ella mira más allá de mi y su sonrisa se borra por completo. Volteo para ver qué es lo que ha arruinado su sonrisa pero no veo nada extraño.