Capitulo 24

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Regresaban al hotel completamente ebrios, siendo únicamente el azulino el que estaba sobrio, por lo que ayudaba a sus amigos a regresar al hotel.

Al entrar los recibió la profesora de ciencias Hilde Dickhaut, era una mujer rubia de personalidad fuerte y estricta, educada en disciplina militar lo cual rige su personalidad y actuar, frente a los estudiantes que no cumplen sus estrictas normas.

Hilde: ¿dónde estaban? y ¿porque llegan en ese estado? - se quejaba la mujer, al ver a los jóvenes en ese estado tan deplorable.

Ciel: lo siento profesora, la situación se nos fue de las manos - contesto, pero la rubia lo observó aún más enfadada.

Hilde: como se atreve joven Phantomhive a responderme de esa manera - la mujer indignada se cruzaba de brazos.

Ciel: me disculpo si mi respuesta no fue la apropiada, ahora si me disculpa debo llevar a estos chicos a sus respectivas habitaciones, ya mañana podrá darnos el castigo que crea conveniente; ya que ellos, no se encuentran con la disposición de escuchar - decía firme logrando que la mujer lo dejara marchar; Alois y Claude iban detrás de él mareados, mientras Ciel intentaba que no se fueran por donde no era; a la vez, que Sebastián se aferraba a él con fuerza.

Al llegar a la habitación de Alois y Sebastián, estos empezaron a actuar caprichosos y sin intención de separarse de sus respectivas parejas; en cambio Claude, a pesar de su estado de ebriedad entendía la situación.

Ciel: Sebastián vete a dormir a tu habitación, al igual que Alois - firmemente decía el azulino al rubio y azabache, quienes perdieron la paciencia.

Alois/Sebastián: ¡no queremos! - decían al mismo tiempo, que el rubio se aferraba a Claude y Sebastián aún más a Ciel.

Ciel: ahora, ¡entren a su habitación o me enojare con ambos! - la voz de Ciel sonaba aún más molesta.

Claude: Ciel no creo que te hagan caso, así que supongo que yo me quedo aquí, Sebastián puede ocupar mi lugar en nuestra habitación; en la mañana cambiaremos, ya más conscientes sin que se den cuenta los maestros - el menor acepto la propuesta del otro, solo porque estaba cansado y no quería soportar los berrinches de su pareja.

En la habitación, Sebastián discutía con Ciel por pedirle usar la cama de Claude y no dejarle dormir con él.

Ciel: Sebastián... quiero dormir, podrías dejar de molestarme - decía el azulino molesto con el azabache.

Sebastián: pero yo quería dormir contigo, te seguiré molestando hasta que me dejes - decía decidido y el menor, no pudo hacer más que suspirar resignado.

Ciel: está bien, pero vamos a dormir es - antes de terminar, el mayor se abalanzo sobre él, besándolo apasionadamente mientras lo iba acostando en la cama.

Acariciaba cada parte del cuerpo del azulino y este solo disfrutaba de las caricias; a pesar de haberse negado al principio, ahora no quería detenerse y solo quería continuar con lo que estaban haciendo.

Con cada caricia una prenda caía y así continuaba hasta quedar completamente desnudos, el azabache estimulaba la intimidad de Ciel y el menor soltaba pequeños suspiros llenos de deseo; pero entonces, las caricias se detuvieron, sobresaltando al azulino el cuerpo de Sebastián caía sobre el completamente dormido. Enojando así a un pequeño y excitado azulino.

Ciel: ¡maldito Sebastián! si al final te ibas a quedar dormido, no debiste haberme dejado así - decía mientras se alejaba del mayor, dejándolo dormido en su cama y el aliviaba su pequeño problema en el baño, a la vez que se vestía con la pijama, para luego irse a dormir al lado del mayor en un abrazo lleno de posesividad.

¿Venganza O Amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora