Insoportable [Sin editar]

Capítulo extra: ver My Little Pony hace a las personas especiales.

Narra Daniel:

Dios, estaba nervioso, jodidamente nervioso, no sabía qué hacer. No solo estaba nervioso sino también desesperado y temeroso. ¿Cómo demonios yo, Daniel Clarkson, llegó a este punto?, y ¿cómo demonios podía ser esto tan... frustrante y difícil para mí?

Lo peor del caso es que todo había parecido tan fácil y tranquilo al principio que hace media hora jamás me habría imaginado que terminaría así. Y todo esto se resumía a dos "simple" palabras:

Primera cita.

Estaba tranquilo hasta que llegué a la parte de pensar en que era un momento decisivo; era cuando se sabía si la relación funcionaba o no. Todo esto sería más fácil si no hubiese llamado a Isabel para preguntarle de qué iba todo eso, no solo me dijo que era cuando la chica se tomaba el tiempo de evaluar al chico, sino que además de eso, dijo que si no resultaba bien para la chica entonces no resultaría.

¿Y si no era lo suficientemente bueno?, ¿y si se enojaba conmigo por algo?, ¿y si pensaba que era inmaduro?

Dios, ¿por qué las chicas son tan complicadas? Nunca se puede estar seguro de algo con ellas.

Necesitaba consejos de alguien y los necesitaba ahora con urgencia.

Vi la hora en mi reloj de muñeca.

Faltaban al menos cinco horas para la cita con Caitlin. Santo cielo, esta chica sí que me enloquecía es que para llevarme a estos extremos...

¿A quién podría ir a ver o quién podría venir a verme?

¿Isabel? No, era tan complicada que me complicaba aún más a mí, además de que no puede venir a verme en este momento ni viceversa. ¿James? Tampoco, él estaba visitando a su familia y a mi hermana, demonios, cómo lo necesitaba en este preciso momento. ¿Mamá? No sería mala idea, pero posiblemente esté trabajando o durmiendo, además conociéndola posiblemente comenzaría a atacarme con preguntas incómodas que ningún hijo quiere escuchar de alguno de sus padres. ¿Zack? Estaba con Isabel. ¿Lucas? Está por Italia con su novia.

Piensa Daniel, piensa...

Chaqueé los dedos cuando una idea fugaz cruzó por mi cabeza y tomé mi celular sin pensármelo mucho. Posiblemente si lo pensaba terminaría pensando que estaba a punto de cometer una estupidez.

—¿Hola? —preguntó la voz haciendo que pegara un respingo, no había notado que habían descolgado el teléfono. Fue en ese momento, cuando escuché su voz que entré en pánico, ¿qué demonios acababa de hacer?

—Ho-hola, s-soy yo —dije con voz temblorosa y contuve las ganas de golpear mi cabeza contra la pared por no haber pensado con más detenimiento.

—¿Daniel? —preguntó con extrañeza en su voz, y no era para menos. Yo también estuviese sorprendido si me encontrara en su lugar. —. ¿Ocurrió algo? ¿Todo está en orden?

No, nada estaba en orden en este momento.

—Sí, es Daniel. ¿Tienes un tiempo libre?

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Sí, esto definitivamente era incómodo.

—¿Quieres algo de beber? —ofrecí intentando aligerar un poco el ambiente.

Se movió un poco en el ambiente y finalmente negó con la cabeza.

—No, gracias, ahora, ¿podrías decirme qué ocurre? —preguntó con algo de intranquilidad. De repente abrió los ojos como platos y se levantó del sofá para comenzar a caminar nerviosamente por la sala. —. ¿Es algo malo? ¿Le ocurrió algo a Isabel? ¿Se encuentra metida en algún problema?