Capitulo 5

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Salí de nuevo corriendo de esa mansión, quería saber cómo estaba mi abuela, Nana, mis amigos deben estar preocupados.
Me escondí en un árbol que estaba cerca de mi escuela, ya estaban saliendo espere a ver a Yuki y lo vi, iba a salir corriendo con el pero estaba con alguien más, la tenía tomada de la mano, ella era esa rubia mi mejor amiga, estaban muy cercanos pensé que no se agradaban, cuando finalmente se besaron, mis ojos se abrieron como platos, ¿porque me pasa esto, será por que yo hice lo mismo con Shu? No lo veo preocupado.

—Chris.. —oí su voz.

Perdida en mis pensamientos pude ver a la rubia y a el que me miraban sorprendidos,  jamás pensaron en volverme a ver, cerré la boca y salí corriendo, que idiota pensé que les preocupaba.

Sabía cómo llegar a mi antigua casa, corrí y la vi de lejos, todo estaba apagado me extrañe y corrí ahí, tóque la puerta pero nadie abría así que solo la abrí, no había nada, ni muebles, ni nada. Entre a mi antigua habitación, tampoco había nada ¿que habrá sucedido? ¿Ella se pudo ir de aquí? Salí y camine a el jardín, alguien había estado aquí, había una nota.

"Juliet Yuko 1955-2018-"

Mis ojos se abrieron más, ¿mi abuela había muerto? Me caí en mis rodillas y mire esa nota, ella está muerta, estaba completamente sola.

Comencé a pensar en todo, ya había tiempo que había sido llevada a esa mansión, ese chico Shu ya debería estarme buscando.

—Así que ya sabes —dijo Shu atrás.

—Tu... ¿tu lo sabias?—susurre.

—No quería decírtelo —dijo serio.

Estaba en shock, ya no tenía a mi abuela, nadie sabía de mi, nadie sabía nada.

Mire a Shu, por el fue la causa de la muerte de mi abuela, ella estaba enferma y me secuestró y pudo morir por eso.

¡Eres un idiota!—grite.

Él me miraba serio, ya debería darse una idea de el porque mi actitud.
Me levante y camine afuera de la casa.

—Espera —dijo tomando mi mano.

¡¿Porque no me lo dijiste?!—dije con un nudo en mi pecho.

—No creí que fuera necesario.

¿No creíste? ¡Es mi única familia! ¡Me quede sola!

—No, estás conmigo.

¡No volveré a tu maldita mansión!

****

¡Maldita sea!—dije cuando el me acostó en la cama con las manos atadas.

—Guarda silencio, hoy voy a dormir —dijo recostándose.

¡Eres un vago!—grite.

Seguí insultandolo cuando llamaron a su puerta.

—Shu... —dijo un chico de sombrero entrando. —vaya.. pero que tenemos aquí, una linda niña humana.

Se acercó a mí con una sonrisa, lo mire asustada, su tono de hablar me decía que no debía confiar en el.

—Así que eres compañera de Shu, no sería malo compartir, ¿no es así?—dijo acercándose a mi rostro y rozando nuestros labios. —Tus labios son cálidos puedo sentir como tu cuerpo tiembla ese olor agridulce es tuyo, déjame probar un poco —dijo acariciando mis piernas.

Syndrome Stockholm; Shu SakamakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora