Syndrome Stockholm; Shu Sakamaki

Capitulo 20

Permanecía callada observando esa hermosa luna roja que estaba esa noche en el balcón de la grande mansión preguntándome una y otra vez ¿cuáles son mis sentimientos? ¿Cuáles son los verdaderos sentimientos?
Recordaba día y noche como fue que llegue aquí a pesar de ser traída por Shu yo sentía que quería a Reiji, pero también quería a Shu.

—Eres una tonta.

Voltee un poco mi cuerpo y darme cuenta que el menor de los hermanos estaba ahí.

—¿Porque? —dije secamente.

—No es mi deber decírtelo, pero tienes que entender lo qué pasa entre Reiji y Shu.

Se acercó y recargó su cuerpo en la pared.

—La madre de Shu y Reiji era muy fría no tenía emociones al igual que Reiji. Shu por ser mayor que todos siempre deseo que él estuviera preparado para ser heredero de su padre  siempre le dio cariño, amor, atención algo que nosotros siempre deseamos. —presionó sus puños.

—¿Y Reiji?

Él sonrió de lado y suspiró.

—Reiji no existe en ese cariño, amor y atención que su madre le daba a Shu. Se podría decir que Reiji fue olvidado por completo por su madre.

Guarde silencio escuchando lo que Subaru me decía, eso explica el odio de Reiji a Shu. Observe de reojo a Subaru que observaba a un lugar fijo.

—Deja de actuar como una tonta has lo que los humanos sienten, no te dejes engañar por criatura extrañas como nosotros. Se que tú quieres a Shu.

Abrí mis ojos rápidamente y me aleje.

—¿Como podría querer a Shu? Él lo único que hizo fue traerme a la fuerza aquí me tuvo encerrada, amarrada incluso gracias a él mi corazón es débil ¿como podría querer a alguien que solo me ha hecho pedazos la vida?

Subaru me observaba serio la lluvia comenzó a caer, los truenos estaban bastantes fuertes.

—¿Shu te ha hecho pedazos la vida? Si así fuera, ¿Que haces como una tonta aquí parada? Bien pudiste haberte ido. Shu no te detiene, mucho menos Reiji, ¿qué haces entonces aquí?

Con brusquedad se acercó a mí golpeando la pared. Sus ojos mostraban enojo. Una risa escandalosa comenzó a sonar fuertemente.

—¿Q-Qué es eso?

—Deberías regresar de donde veniste, estoy seguro que él no te buscará. Y hazlo ahora, los trillizos no tardan en estar por aquí.

De un abrir y cerrar de ojos él había desaparecido. ¿Porque tenia estos sentimientos extraños? ¿Porque me sentía confundida?

Camine fuera de la mansión percatándome de un pequeño kiosko que estaba por ahí, alguien estaba sentado una hermosa mujer leyendo un libro amabas cruzamos las miradas.

—¡AH!

Unas fuertes manos tomaron mi cintura.

— ¿Shu..?

—¿Porque estás aquí? ¿Acaso te gusta enfermarte?

Sus ojos azules zafiro, su alborotado cabello rubio, su pálida piel, su fría piel, sus delgados y rosados labios, sus grande manos, él estaba aquí, Shu estaba aquí.

—¿Que piensas mujer obscena? —sonrió un poco.

—Shu.. Shu-san.. Shu.. y-yo.. —tartamudee.

Sus ojos seguían sin brillo como siempre me acerqué a él abrazándolo mientras lloraba bajo la lluvia.
¿Porque me sentía tan imponente? ¿Tan vacía? ¿Porque sentía que yo quería a este chico? ¿Porque a pesar de que me secuestro me hizo perder todo lo quiero bastante? ¿Porque?

Presione su cuerpo más a mi mientras mis sollozos eran más grandes, él no hacía ni decía nada más que quedarse ahí conmigo él estaba conmigo.

—Yo nunca supe cómo tratarte..

Levante el rostro observándolo sorprendida él estaba tan serio tanto que no lo reconocía. Quito mis manos de él y se alejó unos centímetros.

—Nunca supe cómo tratarte eres como un cristal, quería cuidarte pero siempre te terminaba dañando yo solo quería hacerte sonreír y sentirte feliz de que yo te quería, pero... yo no puedo no quiero lastimarte un ser como yo no tiene derecho de hablarle así a un simple humano, pero si no lo hago.. nunca me quitaré de encima la culpa que llevo..

Seguía callada, su cabello mojado, su ropa, todo el empapado. Suspiro dándose la vuelta mientras se estaba alejando de mi.

—No.. no.. ¡NO!—grite. —No puedes irte, yo.. yo necesito decirte algo.

Tomando su brazo con fuerza suspire era tarde para eso, era tarde para decirlo...

—Shu-San.. yo.. yo tenía miedo de estar con alguien como tú eres un tonto, un vago, un pervertido, siempre vi lo malo tuyo en todo aspecto, eres un pervertido que siempre esta acosandome, un rubio tonto que usa palabras en doble sentido, un tipo guapo pero vago, tienes todo lo que detesto.. pero yo.. —volví a sollozar. —¡Yo amo a Shu-San! ¡Yo estoy completamente enamorada de Shu!

Shu

Ella, ella me había dicho lo que nunca creí que saliera de sus labios.
Su piel pálida por el frío, sus mejillas rosadas mientras que sus lágrimas se confundían con la luz de la luna.

Ella me observaba con todo el amor que alguien pudiera desear, mientras que yo.. yo sentía que algo estaba mal.. ella..

Una espada pasó por su cuerpo haciéndola caer en mi, mi ropa se había manchado de su sangre.

Mis ojos estaban más abiertos que nada.

—No te dejaré que me quites todo, Shu.

—Como.. como fuiste capaz.. —susurre. —¡Christian! ¡Christian! ¿Me escuchas? ¡Por favor respóndeme! —comencé a llamarla.

—Que miserable Shu, te ves igual de patético como cuando incendie esa aldea, buscabas tan miserablemente a esa chico Edgar —dijo Reiji.

—Por favor, no, no mueras —la tome de el rostro, ella me estaba sonriendo. —Yo, ¡yo también te amo! ¡Por favor aguanta yo te salvaré! —comencé a llorar aún más.

Ella dijo que me amaba, ella dijo que me quería pero.. ¿porque tuviste que terminar de esta forma? Mi querida amada linda muñeca.