Capitulo 14

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Abrí mis ojos al sentir alguien sentado en mis piernas.

—¿Reiji?—me levante rápidamente.

—¿Como te sientes?—toco mis mejillas.

—Yo me siento bien —quite su mano de mi rostro. —¿Shu no se molesta de que estés aquí?—susurro mientras me levante viendo que estábamos en su habitación.

—Cuando llegue el no estaba aquí, así que entre por voluntad propia al verte dormida en el sofá, ¿no tienes torcido el cuello?—tomo mi mano para sentarme.

—Gracias, estoy bien —sonreí.

Últimamente Shu no se encuentra aquí, ¿porque desaparecerá demasiado?  Me molesta que no esté en mi lado.

—No hablaba de ti —susurre desviando mi mirada.

Creí que hablábamos sobre mi —bostezo. —Descansa, me iré a dormir.

Al decir eso él se fue a la cama y se recostó, ¿porque me molesta que él sea así conmigo? Debo ser una molestia para el.

Me recosté en el sofá y cerré los ojos.

—¿Me estás escuchando?—dijo Reiji aún lado mío.

—Lo lamento, debo ir a darme una ducha —me levante dando por igual a Reiji.

—Voy a hacer la ducha por ti —salió sin dejarme decir algo más.

(...)

Me mire al espejo y salí de el baño que estaba por la mansión, Shu debería estar durmiendo o no lo sé, en esos momentos que me descuida debería ser capaz de huir. Me detuve al ver la habitación de Yui que se encontraba abierta.

—Oye, ¿Porque observas la habitación de Yui? ¿Acaso te gusta ver mujeres? Pervertida —me llamó Ayato a unos metros de mi.

—No es así —dije sería.

—Entonces dime, ¿que tanto observas? —se acercó a mí rostro. —Apártate humana.

—Espera Aya...

—¡Oye Chichinashi! —hizo una pausa. —¿Pero qué demonios...? —dijo al abrir la puerta por completo.

Shu tenía a Yui con la playera completamente rota y sobre sus piernas, me acerqué y vi tímidamente solo para eso sirves maldita Yui.

—¡Ayato!—dijo Yui al vernos. —C-Christian...

Ayato me vio de reojo y yo baje la mirada. Podía sentir la mirada de Shu pero no quería verlo.

—No entiendo cómo no hiciste nada cuando los viste —me llamó Ayato.

—Yo no..

—Christian... —me interrumpió Shu.

Se levanto y camino hacia mi, pero Ayato se puso enfrente de mi cubriéndole el paso.

—¿Porque te acercas a ella después de estar tantas veces con mi presa?—dijo Ayato molesto.

—Quítate del camino Ayato —dijo quitando el brazo de Ayato.

Ayato jaló mi brazo tomándome de la cintura.

—No permitiré que te burles Shu, siempre lo tuviste todo desde que eras un niño, pero te quitaré algo que adoras tanto.

Syndrome Stockholm; Shu SakamakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora