Capitulo 17

3.2K 219 64
                                    

Me encontraba recostada en la habitación de Shu jugando con una pequeña pelota, después de lo que había sucedido con el volvimos a estar bien estando siempre conmigo pero aún no logro entender porque estaba con Yui. Me levante y abrí la puerta encontrándome a Reiji.

—Reiji.

—Justo iba a llamar la puerta que más da ten esto, te inscribí en la escuela a la dónde vamos hoy es tu primer día así que vístete ya —me entregó el uniforme.

—¿¡iré a la escuela!? ¡Muchas gracias Reiji!—sonreí.

—Apresúrate —salió.

Observe el uniforme con una sonrisa, hacía tiempo que no salía de nuevo con personas normales.

—Debería decirle a Shu, tal vez se alegre en que podamos estar juntos en la escuela —reí.

Corriendo salí buscando a Shu pero no lo encontré, saliendo a el jardín.

—Oye, ¿a dónde vas?

—Ayato, estoy buscando a Shu.

—Te diré dónde está.

—¿G-gracias?

—Apresúrate.

Tomo fuertemente mi mano haciéndome caminar por un jardín lleno de rosas blancas, con una sonrisa comencé a tocarlas se sentía bien tocarlas.

—Vaya chichinashi, así que en verdad eres la amante —río Ayato.

Mi boca se había abierto en forma de un círculo, mi corazón se había arrugado.

Estaban muy cercas tomando su sangre, otra vez otra de las tantas veces en las que lo hizo.

—¿Porque haces esto? ¡¿Porque me confundes, porque dices que soy tuya que solo tú puedes tocarme besarme, porque me dices que solo me quieres a mí, porque me mientes?!—dije molesta.

—Christian, por favor esp..

No termino de hablar ya que le había dado una abofetada a Yui.

—Y-Yui ¡lo lamento! Lo siento no es tu culpa que el me mienta, lo lamento —me acerqué a ella.

—Está bien, si así quitas tu coraje —sonrío.

—Sabía que eras una masoquista —dijo Ayato.

—Eres un idiota un mentiroso, porque llegas y me dices que me quieres y me besas pero, después me confundes estando con Yui e ignorándome.

Shu permanecía serio, al igual que yo por primera vez había aceptado querer a Shu y el solo me hace esto.
Ayato tomo mi brazo acercándome a el.

—¿Que te parece ser mi presa? Te ves apetitosa, ven aquí.

Me hizo caminar detrás de el, sintiendo otro jalón hacia atrás.

—Ella me pertenece Ayato.

Solté una risa.

—Ya entiendo.. yo soy tuya pero.. tú no eres mío —reí. —Que estúpida, no... ¡tú eres el estupido!

—¿Porque tanto alboroto?—Apareció Reiji. —Así que de nuevo pelándose por ella he que podía esperar, ven aquí.

—R-Reiji...

Tomando mi muñeca me observo serio al igual que yo acercándome y robándome un beso no reaccione ante eso estaba en un estado de shock sentí como introdujo su lengua en mi boca poniendo mi mano sobre su pecho para alejarlo cerrando los ojos con fuerza.

Mi brazo fue tomado con fuerza para hacerme caminar en el camino no levante el rostro y ver quién fue toque mis labios sonrojada la forma en la que el me beso era muy distinta a las de Shu.

Entre a la habitación de Shu, donde el se sentó en su cama con la cara entre sus manos lo observe un momento y me senté en el piso aún con una mano en mis labios todo sucedió tan rápido reaccione y limpie rápidamente mi boca intentando quitar el beso de Reiji, una risa resonó en la oscura habitación.

—Ven aquí —dijo sentado.

Me levante desconfiada y me acerqué a el, poniéndome entre sus piernas y tomándome de la cadera.

—Déjame borrar los labios de Reiji —dijo serio.

—No, necesito saber porque me haces esto —dije molesta.

El soltó un suspiro rascando su cabeza, me sentó en una de sus piernas y posicionó su cabeza en mi hombro.

—Necesito matar a mi padre la sangre de Yui me ayudará a tener fuerzas para poder matarlo y deje de acosarte como lo hace. Yui lo sabía por eso nunca se oponía creo que si lo mato podría darte una mejor vida —suspiro.

—¿y el beso que le diste?—lo aleje de mi.

—¿un beso? ¿Que beso?—dijo confundido.

—Si, tú la besaste.

—No entiendo de qué hablas nunca la bese

—¿Porque me tratas como a una loca? La primera vez que los vi se estaban besando.

— ¿un beso? Tal vez, Reiji pudo manipular tu mente, estaba mordiendo su mejilla —suspiro.

—¿que?—me levante.

—No te levantes —me tomo de la cintura. —En verdad, no tendría porque mentirte, solo quiero matar a mi padre.

—P-pero es tu padre...

—No entiendes mucho sobre mi cuando yo era un niño me enteré que tenía hermanos, mi padre escogió a un hijo de cada una de sus esposas para ser su sucesor escogiéndonos a Ayato, Subaru y a mí. Mi madre siempre se tomo ese papel algo muy enserio no me dejaba salir al mundo humano, no tenía amigos, solo estudiar, estudiar y más estudiar —suspiro. —para huir de mis deberes me escapaba a el bosque y justo ahí conocí a un niño cerca de una aldea, nos volvimos amigos y siempre quedábamos para jugar juntos.

—Edgar... tú eras.. tú eras ese niño.

—Si, fui tan incapaz de ayudarlo.. Apesar de que dije que es mi amigo, Yuma es Edgar pero.. sospecho que él perdió la memoria y no me recuerda.. —suspiro.

—Pero.. ¿y Reiji? Porque él te detesta tanto..

—Mi madre siempre fue más atenta a mi, olvidando a Reiji eso ocasionó que el me odiara infinitamente Reiji es mi hermano y.. muy en el fondo lo quiero siempre quise jugar con el, siempre quise reír con el, pero.. por ser aceptado por mi madre olvido ser un niño y prefirió ser como mi madre pero era en vano, nunca fue notado conforme crecimos el odio era más llamándome "un bueno para nada" "un vago.." realmente nunca fue mi culpa volverme así, mi madre siempre me decía que no me preocupara por nada, que hiciera lo que me gusta, es por eso que soy despreocupado.. El no supera que mi madre haya muerto. —respiro en mi cuello. —Tanto tiempo me había sentido solo, y ahora que te conozco no quiero volver a sentirme así, quiero preocuparme por alguien y que esa persona se preocupe por mí, mi padre hizo nuestra vida un desperdicio ocasionando rival entre mi madre y mis madrastras, no tenía interés en matarlo pero ahora que me quiso arrebatar a la persona a la que quiero, quiero que él desaparezca —me abrazo con fuerza. —Por favor.. entiéndeme..

Acaricie el cabello de Shu, es muy triste eso.. Edgar.. el y Edgar eran muy unidos o eso parecía, Shu, te quiero.

Syndrome Stockholm; Shu SakamakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora