Syndrome Stockholm; Shu Sakamaki

Capitulo 7

—¿Como estás?—dije sentándome en la cama.

Ella miraba el suelo, tenía el aparato de oxígeno.

Volteo su rostro y me sonrío, me hacía sentir culpable que ella esté mal de su corazón, el médico dijo que ella estaría bien, el impacto del auto lastimo su corazón pero con los tratamientos ella estará bien.

Ya hacia semanas que no oía su voz, le dolía el pecho cuando ella hablaba.
No podía dejar de verla, primero Edgar y después esto, solté un suspiro y me recosté aún lado de ella.

—lo siento —susurre abrazándola de la cintura.

Ella se quitó la máscara de oxígeno y suspiro.

—No es... tu culpa —dijo sonriendo.

—Vuelve a ponerte la máscara —dije serio.

Ella volvió a ponerse la máscara, rodo los ojos y apretó mi mano.

—No quiero que te pase algo —dije aún serio.

—Porque tengo que usar esto —dijo quitando la máscara.

—Deja de quitarte y ponerte la máscara —dije viendo sus ojos. —El médico dijo que recibiste un golpe fuerte en el pecho, con las terapias que tienes y con esto pronto estarás bien —dije serio.

—Me siento bien Shu —dijo quitándose la máscara. —No la necesito.

La mire serio, los chicos se enfadarán conmigo por el simple hecho de dejar que se quite la máscara.

—Quiero salir Shu —dijo levantándose.

—Recuéstate —dije caminando a ella.

—Shu, me aburro de estar aquí —dijo molesta. —quiero salir

—¡Cuando saliste sucedió esto!—dije molesto.

—¡Si dejaras de ser tan despreocupado no hubiera sucedido!—dijo empujándome.

—¡Olvídalo, no dejaré que salgas!—dije tomándola de el brazo.

—¡Demonios suéltame!–dijo arrebatando su mano. —¡yo no quería estar aquí! Tú me trajiste! —dijo gritando. —¡me secuestraste cuando yo no te conocía! ¡¿Porque, porque yo?!

Me quede serio al verla tan molesta. Baje mi rostro y me senté en el sofá que estaba en mi habitación, jamás se lo dije, no sabe el porque ella está aquí.

—Porque te amo —susurre.

Ella quedó en silencio, levante mi rostro y recibí una abofeteada.

—¡No juegues conmigo! —dijo molesta. —¡me largaré de aquí!

salió molesta de la  habitación, es una niña, tiene solo 15 años, no conoce mucho de los hombres.

—Como fui capaz de enamorarme de una niña —susurre tocando mi mejilla.

Christian

Camine a la salida de la mansión, ¿pero cuál es? Debo recordar dónde es.
Vi las enormes escaleras y baje soltando zancadas.

—Bella Dama —dijo el hermano de Shu.

—Oh, Hola... —dije tratando de recordar su nombre.