Capitulo 11

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Camine por la mansión buscando el comedor, había olvidado donde estaba debería salir a ver la mansión más tiempo. Al encontrarla me dirigí a él comedor encontrándome a un chico albino golpeando la pared.

—¿que estás haciendo ahí parada?—dijo molesto. — ¡pareces una tonta!

— ¿t-tonta?—respondí nerviosa.

Él se acercó a mí y me acorraló.

—No hagas esa cara de tonta —dijo serio. —¡me molesta!

El golpeo la pared, pequeñas piedras cayeron en mi cabeza.

—¡Lo siento!—dije cubriendo mi rostro.

Abrí los ojos encontrándome con el observándome con las mejillas rojas, ¿porque me mira tanto?

—¿S-Subaru, cierto?—respondí aún sonrojada.

El desvío su mirada y asintió.

—¿Podría saber qué hay en él refrigerador?—dije sin verlo.

—¿No te ha dado de comer Shu?—dijo sin separarse.

—¡No soy perro para que lo digas de esa manera!—respondí rápidamente.

El me observo serio y soltó unas carcajadas, me hizo sentir más apenada, ¿parecía un perro? Me hizo enfadar eso, se estaba burlando de mí.

—Ven aquí, estaba haciéndome algo de comer, podría darte —dijo sonrojado.

Solté una risa al verlo así, se ve que es de esos chicos que se sonrojan al tener a una mujer con ellos a solas.

—Eres muy amable, Subaru —sonríe dándole ademán de gracias.

—N-no es que yo quiera ser amable contigo, es solo que me da pena saber que Shu no te ha dado de comer algo —dijo aún sin verme.

Volví a soltar otra risa al escuchar eso, Subaru es un año mayor que yo ya que Shu me ha platicado de ellos y ahora que lo menciono, ¿dónde está Shu? Desde que he despertado no lo he visto.

—Subaru, lamento que te moleste pero, ¿sabes dónde está Shu?

—¿como podría saberlo? Se la pasa vagando por todos lados —dijo mientras comía.

—Ya veo.. —susurre.

Mire la comida que Subaru me había dado, ¿porque me entristece que Shu no esté conmigo? ¿Desde cuando deseo que este conmigo? Se supone que él es mi secuestrador, debo de odiarlo.

Al alzar el rostro pude ver a un Subaru bastante rojo con una cuchara de comida.

—Abre la maldita boca antes de que te lo tire en la cara, tonta —dijo serio.

Sonreí y abrí la boca, así el dándome de comer, me era tan gracioso en verdad Subaru era una persona muy amable más amable de los que estaban en esta mansión o tal vez no los conozca y puedan ser de igual forma muy amables.

Subaru había salido rápidamente de la cocina antes de que terminara, al terminar lave lo que él había usado.

—¿Que haces en la cocina?—dijo Reiji. —Nadie tiene permitido entrar

—L-lo lamento.

—Parece que también Subaru ha estado aquí —dijo mientras observaba el oyó que había hecho Subaru.

—Me iré de inmediato —dije nerviosa.

—Espera —me llamó. —¿podrías venir afuera un momento conmigo?

Mire desconfiada a Reiji, Shu me había prohibido salir de la mansión.

—Yo no puedo salir es———
—¿Dejaras que un vago que ni siquiera está contigo te ponga reglas?—dijo serio. —Si no es así ven conmigo.

El salió de la cocina, estaba en una pelea conmigo misma Shu es muy cruel castigándote a veces muy pervertido y eso me da miedo tal vez no debería hacerle caso a Reiji.

***

—¿Porque me has traído aquí?—dije llegando a un pequeño cuarto de piedra.

—Hecha un vistazo —dijo sin verme.

Después de haber debatido, decidí venir ya que Shu no es nada mío, él es mi secuestrador.
Con desconfianza camine a ese pequeño lugar encontrando a Shu con Yui en sus piernas, ambos besandose.

—¿Porque me has mostrado esto?—dije nerviosa.

—Tú voz suena muy nerviosa, ¿nunca habías visto a alguien besándose?—cruzó sus brazos.

No estaba nerviosa, en realidad mi garganta estaba dando señal de que quería llorar pero no sabía el porque, ¿me habré encariñado con el?

—No importa, tu hermano y yo no somos algo, digo el me ha traído a la fuerza aquí —sonreí.

El sonrío de lado y se acercó a mí, tomando mi mano.

—¿Te gustaría ir a la mansión conmigo y poder enseñarte alemán? No has ido a la escuela y podré enseñarte —dijo seductora mente.

***

Me encontraba en la sala de estar con Reiji, para ser honesta el alemán era muy difícil, y alguien como Reiji de maestro no era la mejor opción.

—Christian.. —susurró Shu.

Pude verlo, estaba empapado de sangre, desvíe rápidamente mi mirada de él y la puse en Reiji. ¿Porque me duele recordar eso? Debo de odiar a Shu por haberme traído aquí, todo hubiera sido distinto si nunca me hubiera conocido o traído aquí.

—En verdad eres un vago —lo llamó Reiji. —Ve a tu habitación, sería una molestia si manchas las alfombras de sangre, ¿seguimos?

—Si —sonreí viendo a Reiji.

No sabía las intenciones de Reiji, pero me gustaba que él me enseñara este idioma ya que es algo nuevo para mí. Fui tomada de la cintura con fuerza.

—Ven conmigo —dijo Shu.

—¿Que no ves que está estudiando?—se levanto Reiji quedando frente a frente.

Ambos se miraban retadoramente, mientras yo estaba en medio.

Permanecía sentada en el sillón de la habitación de Shu mientras el tenía su cabeza en mis piernas mientras dormía.

Shu me rasgo la camisa bajando la tira de mi sostén y mordiendo, podía ver el rostro de coraje de Reiji, Shu seguía mordiendo donde veía oportunidad, sin dejar ver una parte intima mía.

—No permitiré que me restriegues en la cara esto Shu —llamó Reiji yéndose de ahí.

Cerré los ojos cansados tenía una hora sentada acariciando el cabello de Shu mientras dormía acomode la manta que le había puesto antes de que quedarse dormido, pero no podía evitar pensar en lo que había visto el y Yui, ¿porque me duele? Me había cansado de pensar tanto.

Desperté de mi sueño al no sentir la mano de Christian acariciar mi cabello, me rasque los ojos para aclarar la vista y pude ver que estaba dormida, tome la manta que tenía puesta y se la puse a ella en la cabeza mientras sonreí.

—Incluso cuando duermes eres muy bella —susurre.

Pero mi sonrisa se deshizo al recordarla evitar su mirada de la mía olía mucho a Reiji ¿le habrá dicho algo Reiji? No, estoy seguro que Reiji la llevó a donde estaba con Yui cansado cerré los ojos mientras tomaba su mano, su aroma me hacía sentir tranquilo, junte nuestras manos quedando completamente dormido.

Syndrome Stockholm; Shu SakamakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora