La conocí una vez en la que me fracturé una mano mientras jugaba baloncesto. Yo estaba sentado en una camilla, mirando aburrido el yeso que rodeaba mi mano y entre escuchando y a la vez quedándome dormido por el regaño de mi madre.
La vi pasear por el pasillo del hospital vistiendo una de esas batas que se le dan a los pacientes. Su caminar era raro, como si saltara un centímetro del suelo con cada paso. Noté que se asomaba por una ventana sacando media cabeza y gritó algo que no pude oír por la voz de mi mamá. Su cabello castaño ondulaba por el viento y una sonrisa sincera abarcó su rostro aniñado.
Tal vez fue su sonrisa la que me atrapó. O tal vez sus mejillas rosadas y brillantes. O es posible que se tratara de su singular forma de saludar a las personas que pasaban a su lado, como si fueran amigos de toda la vida.
Lo que haya sido, algo en Joy me hizo dar cuenta de que lo que antes creía bello, en realidad no lo era. Ella era la definición exacta de la belleza.
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La lista de deseos de Joy
Short StoryUn chico que no sabía lo que era vivir y una chica que le enseñará las cosas más básicas de un ser humano. Empezando por un simple saludo y una sonrisa dulce. Y todo a causa de una lista de deseos para antes de morir. Portada hecha por @organicos