Hablé con ella por primera vez mientras esperaba a que una maldita máquina expendedora le diera la gana de darme mi Pepsi. Había metido dos monedas y aun así no salía, así que comencé a patearla lleno de frustración y a murmurar insultos bajos.
Estaba a punto de darle un puñetazo cuando su melodiosa voz me detuvo.
—Uh, creo que si haces eso el resultado será peor —dijo, apareciendo de repente a mi lado.
Yo pegué un salto por la sorpresa.
—Tienes un yeso, no deberías golpear la máquina con tu mano —continuó hablando. Yo no contesté porque estaba demasiado concentrado mirando la manera en la que sus ojos oscuros se movían con diversión por mi rostro. Me sonrió y recuerdo haber sentido el primer latido de muchos—. Te sacaré la Pepsi si me ayudas con algo.
Yo simplemente me había quedado mudo observándola, casi como si tuviera frente a mí a un ángel.
—¿Qué quieres? —Por fin, pude encontrar las palabras para hablarle. Tragué saliva con esfuerzo.
—Oh, eso te lo diré después —contestó, dando media vuelta para quedar frente a la máquina. Movió los dedos con una agilidad impresionante sobre el panel y después la bebida se deslizó hasta caer en la parte donde se debía recoger. Ella se agachó y metió la mano hasta sacarlo. La destapó con otra de esas sonrisas que me dejaban embobado—. Ve a verme en el cuarto 104 en media hora. Ah, y trae una libreta y bolígrafo.
Le dio un sorbo a la lata sin despegar los ojos de mí y luego emitió un pequeño eructo que me pareció la cosa más tierna que había visto.
—Nos vemos, chico Pepsi —se despidió y caminó por el pasillo dando sus pequeños saltos de un centímetro hasta desaparecer de mi vista.
ESTÁS LEYENDO
La lista de deseos de Joy
Historia CortaUn chico que no sabía lo que era vivir y una chica que le enseñará las cosas más básicas de un ser humano. Empezando por un simple saludo y una sonrisa dulce. Y todo a causa de una lista de deseos para antes de morir. Portada hecha por @organicos