Fue un día después de clases en el que fui de nuevo con ella. Le avisé a mamá que tenía que hacer tareas en la casa de un compañero y luego corrí a la pizzería más cercana. Pedí una pizza con doble queso y champiñones, lo suficiente para dos personas. Después fui a rentar todas las temporadas de Friends, aunque dudaba seriamente el verlas todas. En el camino, entré a un supermercado para comprar una botella grande de Pepsi. Porque la pizza sin duda era mejor con Pepsi.
Cuando llegué al hospital, estaba bañado en sudor y con las manos ocupadas. Sin embargo, olvidé todo el cansancio que sentía en cuanto entré a la habitación 104. Porque por algún inexplicable motivo el solo dar un paso dentro del cuarto me hacía sentir diferente, como si hubiera viajado a otra dimensión donde la felicidad estaba más cerca de mis manos, justo al lado de una chica sonriente a la que le gustaba más Chandler que Joey. Y es que, o sea, ¿cómo podía gustarle menos Joey?
En fin, ese día junto a ella comimos pizza y nos vimos dos temporadas seguidas. Estábamos a punto de empezar la tercera cuando una enfermera entró al cuarto diciendo que las visitas habían terminado y que la paciente necesitaba dormir. Y ahora que miraba afuera por la ventana, la luna ya estaba arriba alumbrando la ciudad que se arropaba bajo el manto de la noche.
Cuando estaba por despedirme, ella me dijo que esperara. Sacó la libreta que le había dado y el bolígrafo y comenzó a escribir algo con suma concentración. Cuando terminó, me lo mostró.
Debajo del primer deseo, estaba el segundo. Si el primero era extraño, con el segundo no tenía una palabra para definirlo. Solo que era tan... ella que no podía sorprenderme. No la conocía muy bien, hablábamos de cosas fugaces como películas y conversaciones relacionadas con pizza y pepsi, pero lo poco que había visto de su personalidad me dejaba embobado.
2. Tener una obra de teatro personal con títeres.
Cuando lo leí la miré con mi mejor expresión de "¿Estás hablándome en serio?". Ella solo sonrió.
—¿Por favor? ¿Por favorcito, Robbie? —pidió juntando las palmas de las manos haciendo su característico mohín, enseñándome unos ojitos de cachorro de los cuales no podía resistirme.
Y ella lo sabía.
***
Como dicen por ahí, más vale tarde que nunca (? Mi propósito de un cap por día va bien, va bien uwu
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La lista de deseos de Joy
Short StoryUn chico que no sabía lo que era vivir y una chica que le enseñará las cosas más básicas de un ser humano. Empezando por un simple saludo y una sonrisa dulce. Y todo a causa de una lista de deseos para antes de morir. Portada hecha por @organicos