And you.... Believe in the magic?
Capitulo 18Narra Luke
Me separé inmediatamente de ella en el momento en el que las mariposas me llenaron. Todavía no comprendía lo que había pasado con Lisa; pero al estar con _____ no me importaba mucho.
- Te llevó a casa- le dije nervioso. Negó con la cabeza mientras se daba la vuelta para caminar.
- Me queda cerca- sonrió- ve a casa, después te asaltan y me siento culpable
- No me asaltarán- le sonreí- vamos, te llevo a casa..
- No, Luke- se dio la vuelta para mirarme- no te molestes, debes estar cansado, en serio.. Ve a casa- sonrió. Venga ya, no me podía resistir a aquella sonrisa. Me dio un beso en la mejilla y desapareció corriendo de allí.
Sonreí como un tonto todo el camino a casa. Siempre era un tonto, pero ahora era un tonto que le gustaba una chica. Dios, ¿en serio? ¿me gustaba ____?
No me podía negar. No solamente me gustaba; si no que me tenía pensando en ella. Antes eso no lo lograba, antes ella era un cero a la izquierda para mi, pero.. ¿que hizo que cambie de opinión?
Quizás fue la manera en la que no era como yo lo creí. Probablemente la antigua _____ se hubiera comportado de una manera inútil con sus amigos en la mesa aquella tarde; pero la nueva mantuvo la compostura y los miró feo, y tuve la sensación de que lo hacía porque yo estaba allí, pues antes.. ni siquiera le hubiera importado.
Y así esperaba que yo signifique tanto para ella como ella para mi.
Entré a mi casa y cerré la puerta detrás mío. La música de Elvis se escuchaba desde la cocina; raro. Hace mucho tiempo que eso no ocurría. Desde el accidente. Para mi mayor sorpresa, mi mamá no estaba y era mi papá quien cocinaba. Abrí los ojos como dos platos y me senté en una de las sillas tomando un vaso de jugo.
- Hola- sonrió. Alcé la mirada algo asustado, ¿realmente era mi vida? Levanté una ceja sin contestar nada; no quería ser un malcriado, pero todo eso me resultaba realmente raro.- ¿como te ha ido hoy día en el colegio?- nuevamente. Eso había sido peor. Tragué saliva preocupado; o quizás no preocupado, si no asombrado, pero de una manera asustadiza.
- Bien- dije sin mucho interés. En mis palabras; no en las suyas. Pues analizaba lo que decía como un psicólogo del FBI.
- ¿Porque sonríes de esa manera?- preguntó después de un rato. Inmediatamente mis mejillas tomaron un color rojo. El hombre a quien decían ser igual a mi dejó lo que cocinaba dentro de un plato; salchichas. Claro, era papá. No podría hacer algo mejor. Me dio un pequeño empujón en el hombro para molestar y esbocé una sonrisa.
Momento padre e hijo hace muchísimo rato; me gustaba.
- ¿no me dirás?- insistió. Lo miré durante un rato y llené mi vaso de jugo nuevamente para no concentrarme mucho en él.
- Me gusta una chica- contesté después de varios segundos. El se giró divertido y me ofreció una salchicha; negué con la cabeza. El simple hecho de ver a los amigos de ____ comer me había dejado satisfecho. Parecían animales.
- ¿Y cual es su nombre?- preguntó mientras se sentaba a comer. Dudé durante unos segundos.
- _____- dije finalmente.
<<¿y que hay de Lisa?>> preguntó mi cerebro en ese mismo instante, a lo que mi corazón le contesto <<¡cállate!, ¡a nadie le importa!>>
- ¿y es bonita?- rió. Esa sonrisa de Oops nuevamente aparecía en mi rostro, mis mejillas me delataban más de lo que mis manos cuando tenía frío y temblaba.
- Es hermosa- suspiré.
- ¿Y ella gusta de ti?
- No lo creo- agaché la mirada- hoy eh ido a comer con ella... Pero sus amigos se colaron
- ¿sus amigos?- preguntó confundido.
- Si.. son raros, parecen sus papás, están siempre con ella, y cada vez que nos ven juntos se entrometen
- Bien, pero tu sabes que no debes buscar pelea
- Lo se, papá.
- Bien.. Así me gusta- sacó otra salchicha, pero está vez le puso mayonesa por todos lados.
- ¿Donde está mamá?- le pregunté cuando me levantaba del asiento para irme. El miró su reloj.
- Debe estar con sus amigas- sonrió. Cada vez salían cosas más raras. Le sonreí intentando no darle importancia y salí de allí.
- ¡Luke!- exclamó mi papá antes de que suba las escaleras. Me di la vuelta y volví nuevamente hasta allá sin ánimos. Lo encontré divertido comiendo otra salchicha.
- ¿venga?- pregunté. El alzó la mirada para confirmar que yo me encontraba allí.
- te amo, Hijo- sonrió. Algo en mi se incendió y una sonrisa aún más grande me avisaba que todo estaba bien; la vida se sentía bien porque yo seguía subiendo.
Le sonreí de vuelta.
- Yo también te amo, papá.