And you.... Believe in the magic?
Capitulo 34
Narra Luke
<<¿que tenía él que no tenga yo?>> pues bien; para empezar, tenía una enorme espalda que parecía echa para un nadador profesional. Su cabello parecía ser el de un cantante juvenil de moda, usaba una ropa que alentaba a salvar al mundo lo que atraía la atención de las chicas como un "chico malo pero a la vez tierno". Tenía una sonrisa perfecta; de esa que solo veías en los comerciales. Maldito inútil, ¡quita tus sucias manos de ella! la tocaba, la miraba y la abrazaba como si supiera que yo estaba allí, solo para sacarme celos, aun que conseguir mi atención se volvía en el acto menos frecuente que alguien como él podría cometer con una chica como ella.
No se que podía ser peor; el echo de que el la abrace, o el echo de que Mike estuviera bajando del auto y obligándome casi a ir con él.
- No.- dije de inmediato y me bajé del otro lado para que no me viera. Me quedé allí. Mike le dio la vuelta al auto y me miró como un padre enfadado que lo único que quiere hacer es golpearme.
- ¿Porque no?- preguntó levantando una ceja. No podía decirle que era porque estaba con otro tipo; pensaría que soy un inútil y no estaba dispuesto a que su mejor amigo me vea de esa manera, por más que me odie.
- Porque me han dado las ganas de quedarme aquí, ¿vale? subiré al auto.
- Haz lo que se te mande la gana, pero no te llevaré de vuelta, tengo chicas que conquistar con mi peinado- sonrió y desapareció. Miré las estrellas ahí; mi corazón latía al saber que ella se encontraba a tan solo pocos pasos de allí; que en ese mismo momento podría sentirla, podría abrazarla, podría besar sus labios si ella se dejáse, pero no.. Ella se encontraba lo bastante apartada, con un bastante Oops. Tenía cara de Oops.
Para empezar, la miraba demasiado.
Me quedé allí parado, sin decir nada, con el ramo de rosas en la mano. Escuchaba pasos; pero nadie se acercaba. Quizás Mike finalmente había comprendido que era un ridículo y que dejarme solo allí parado era lo peor que podía hacer.
Suspiré y me di la vuelta cuando los pasos apuntaban hacía mí y el corazón casi se me sale de la garganta, ¿que hacía con ese vestido? la miré fijamente tal como ella me miró a mi; mariposas, mariposas por todas partes.
Las personas hacen que cosas como esas sucedan; la vida hace que el amor sea de esa manera.
- Yo...- la miré. Mi voz nerviosa se quebró sin poder llegar a la mitad de la oración; le miré, ¿porque tenía que hacerme eso? ¿porque Dios? ¿porque concentraste toda tu mágia y belleza y se la diste a una sola persona?
Mis nervios aumentaban a medida que aumentaban mis ganas de besarla y a medida que ella se acercaba, sin saber- supongo- lo que estaba haciendo.
- Luke - dijo ella mientras alzaba la vista. Asentí como un Oops y le entregué el ramo de rosas que tenía en la mano. Ella las miró asombrada y luego me sonrió.
- Es primera vez que me regalan flores- se las echó a la nariz, intentando conseguir aroma- No huelen a nada, ¿porque en las películas siempre hacen esto?- reímos. Ella suspiró lentamente y agachó la mirada.
- Escucha...- comencé, pero me interrumpió de inmediato.
- Escucha tú Luke...- me miró- perdón por ser cortante contigo todas estas semanas, la cuestión es que... Si no te digo que te quiero, no significa que no lo sienta, ¿vale? la cuestión es que... Me da miedo- tragó saliva. Sus manos temblaban al igual que ella.
- No tienes que pedirme perdón- le sonreí mientras le pasaba mi saco y ella no se molestaba en resivirlo- No es un muy buen vestido para salir, ¿no?- entonces recordé al chico ecologista, hablando con ella, mirándola de esa manera tan feliz, y una puntada me recorrió todo el estomago.
- Es lo que te gusta a ti... A los chicos...
- ¿a mi?- pregunté divertido. Me hubiera gustado que ese vestido se lo hubiera puesto por mi- A mi me gusta cuando estás despeinada, y con tus pantalones apretados, tus polerones grandes, me gustas mucho de esa manera.- sonreí. Minutos después de silencio me di cuenta de lo que había dicho.
Ella agachó la mirada nerviosa, y un rubor en sus mejillas que aumentaba. Maldición.
- ¿te gusto?- preguntó, sin nada en la boca. Yo asentí.
- Me encantas- contesté. Ella abrió los ojos asombrada como si su vida no fuera un desfile de muchachos detrás de ella- pero no importa... Tu estás con el ecologista
- ¿el ecologista?- preguntó, confundida. Yo asentí.
- Si, el ecologista, su polera de cuidar el medio ambiente no me ha echo ni la mayor pizca de ternura.
- Ya veo- interrumpió ella- Él... Es un gran chico, ¿sabes?
- Si, me imagino- respondí tragando saliva. Si ella era feliz; yo también. Eso no quitaba que mi corazón se partiera en mil pedazos con lo que me estaba diciendo.
- Ha venido de muy lejos para verme, ¿no es lindo?
- Si, no sabes cuanto.
- Y además es lindo, ¡Zayn, se llama Zayn!- exclamó ella.
- ¡Que nombre!- exclamé yo, sarcástico.
- Y se parece a mi, como si fuera mi primo...
- Si tienes toda la ra... Espera... ¿que?- pregunté confundido- ¿primo?
- Si, no lo veía desde pequeña- sonrió.
i-nú-til. Es lo que era. El inútil más inútil de la historia. Quería que la tierra me trague allí mismo; miré hacía todas partes intentando buscar un lugar en el cual esconderme, ¿donde estaban los árboles cuando necesitabas con urgencia uno?
¡MOMENTO! ¿eso quería decir que ella estaba libre? ¿ningún hombre reinaba en su dulce y delicado corazón?
- ¿entonces no te gusta?
- Bueno, me gustaría... Si se llamara Luke y fuera un nerd que cree en la magia- rió ella mientras se acercaba a mi y se ponía en Oops! de pie para hacer de nuestras bocas el experimento que ni la química, ni la física, ni biología, ni siquiera las matemáticas había logrado descifrar; el amor.