29 de octubre, 1973
¿Dormir? ¿Qué era eso? Algo que no podía hacer y deseaba con todas sus fuerzas. Se daba vuelta en la cama de un lado para otro sin poder conciliaerlo, y lo peor era que cuando al fin parecía que podría la cara de Greg junto a la luna aparecía en su mente. No podía quitarse ese beso húmedo en medio de el mar, que en un principio le pareció tan dulce y mágico, hasta que las palabras pronunciadas por Niall horas atrás rebotaron en su cabeza. Te quiero, Amanda. Se sentieron tan reales y auténticas que el dolor de la traición golpeó su pecho, y segura de que no quería pagarle con la misma moneda, se separó de golpe, dejando a Greg confundido.
La luz de la luna entraba por la habitación, dando un toque tranquilizador mientras se reflejaba en el mar que en forma de ola rompía en la superficie. Tan típico de la costa. Tan parecido a su país.
Un suspiro se le escapó de los labios cuando no pudo evitar evocar el recuerdo de su familia, y esas tardes inolvidables de vacaciones que pasaban en la playa. Eran tan impredecibles que la única certeza que tenían era la del presente, el momento que estaban viviendo.
Un débil golpe en la puerta la hizo salir de sus memorias y también de la cama. No estaba segura si debía abrir la puerta, pero de todas formas lo hizo. Y ahí estaba Niall, mirándola con los ojos hinchados por el llanto y ella sintió casi inmediatamente las mismas ganas de llorar que su compañero.
-Me he comportado como un imbécil. Discúlpame, Amanda, por fa...
La castaña rápidamente rodeó el cuello de su compañero obligándolo a callar. Dejó caer su cabeza en el pecho de Niall, escuchando como su corazón palpitaba con ímpetu. Se separó levemente para observarlo y limpiar el camino de lágrimas que descendía por sus mejillas hasta perderse en la barbilla.
-No fuiste el único - habló y sus ojos conectaron.
-Pero yo la cagué primero, porque le seguí el beso - agachó su mirada, preso de la vergüenza al recordar la escena. Amanda tomó su cara entre sus manos alzando esos ojos que tanto le gustaban - Amanda - susurró y sus mejillas se tiñeron de un bonito carmesí - De verdad te quiero. Lo que pasó con Amelie fue un mal entendido. Y no me importa si te besaste con Greg o con cualquier otra persona. Quiero arreglarlo. Quiero estar bien contigo. Por favor, Amanda. Dame una segunda oportunidad.
¿Cómo decirle que no con esa carita de perro arrepentido? Lo quería, lo necesitaba en su vida. Estaba sola en una ciudad totalmente desconocida y él era su única compañía. Y antes de ser amantes fueron amigos. Se escucharon, se contaron sus problemas. ¿Era necesario que todo terminaran así?
Segura de no querer poner fin a todo, Amanda le sonrió cálidamente para luego juntar sus labios. ¡Por todos los dioses! Sentir esa suavidad otra vez era una de las mejores sensaciones de la vida y más si Niall le respondió de la misma forma, con pasión y necesidad.
Una cosa llevó a la otra y de a poco totalmente acalorados se metieron dentro de la habitación, la cual cerraron con llave para que nadie los molestara. El rubio se sentó en la cama y Amanda hecha un manojo de nervios se sentó sobre él, mientras que las manos de Niall se posaban deseosamente sobre la estrecha cintura de la joven.
-De verdad te quiero, Amanda - dijo en el instante en que sus ojos conectaron - Perdóname, por...
Otra vez lo hizo callar con un beso. No necesitaba escuchar lamentos porque lo hecho, hecho estaba y tendrían que aprender a vivir con ello.
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30 días •n.h• TERMINADA
Fanfic"Como el destino nos juntó, nos separará." Amanda Vega, totalmente desesperada bajo la amenaza del nuevo gobierno, se ve obligada a dejar su país. Exiliada en la desconocida ciudad de París a miles de kilómetros de su tierra natal, se ve involucra...