Día 28

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8 de noviembre, 1973

La música calma el alma, a las bestias y a todo ser falto de conciencia. Salvó el corazón de ella, de mi amada y lo elevó hasta el infinito. 

Niall miró a su lado izquierdo y  Amanda lloraba desconsoladamente mientras miraba sin pestañar el espectáculo frente a sus ojos. Era arte en su más puro estado. El canto de una sirena que adormecía sus sentidos y la hacía olvidar todo a su alrededor. El rubio miró a su lado derecho y Ricardo lloraba de la misma manera en la que su amiga lo hacía. Le causaba gracia, pero también le dolía el corazón verlos tan conmovidos. Tomó la mano de su compañera, la cual lo miró de reojo para luego acomodarse en su hombro y dejarse llevar en la maravillosa sensación que la escena le proporcionaba.

Horas más tardes, los amigos se encontraban fuera del teatro sintiendo como el viento les acariciaba sus rostros retraídos de tanto llanto. La gente a su alrededor se acumulaba en palabrerías ante la maravilla de espectáculo que habían presenciado. Amando tomó aire y abrazó a Ricardo, mientras observaba como Niall conversaba con un conocido que se había acercado hace unos minutos para saludarlo.

-Creo que nunca había escuchado algo tan maravilloso - confesó Ricardo.

-Yo tampoco - suspiró la castaña.

-¿Te trajo algún recuerdo? - preguntó su amigo llevando su mirada hasta los ojos de Amanda.

La joven sonrió por inercia bajando la mirada. No podía negar que el concierto le había traído un montón de recuerdos que pensaba que ya habían muerto y que se encontraban enterrados en los más profundo de su ser.

-Recordé a Daniel - sonrió y su amigo pudo ver como sus ojos le brillaban.

-Yo también - le confesó Ricardo.

-Año nuevo en la playa - dijeron al unísono y rieron.

-¡Dios! - chilló separándose de su amiga - Había olvidado esa noche.

-Por supuesto que lo olvidaste - rió Amanda - ¡Bebiste como nunca!

-¡Tú igual! - le recriminó a su amiga.

-No - dijo con una sonrisa.

Por supuesto que esa noche bebieron caminando por la costanera y entre risas volvieron tambaleándose al camping en donde alojaban. Ahí, se sentaron alrededor de una fogata improvisada y entre insistencias le pidieron a Daniel que tocara algunos éxitos de época para poder culminar la noche en un karaoke improvisado que los dejó más que agotados.

Niall volvió a encontrarse con sus amigos que reían enternecidos ante el recuerdo. No quiso preguntar que ocurría, ya que sentía que estaban teniendo un momento bastante íntimo.

La vuelta a la casa fue tranquila y sin ninguna novedad. Las estrellas intentaban con desesperación brillar en el cielo bajo la amenaza de la luna que se imponía con fervor en la oscuridad de la noche. 

La luz del edificio estaba encendida y la puerta cerrada con llave. Niall entró en pánico y mientras respiraba intentaba calmarse para así no asustar a los otros, quienes reían como nunca. Tomó la perilla de la puerta y con esperanza la dio vuelta, pero no ocurrió nada. La puerta seguía cerrada.

-¡Mierda! - chilló tirando su cabello.

Amanda y Ricardo dejaron de reír y se quedaron serios al ver la extraña reacción del rubio. Niall ,suspiró y como nunca pateó la puerta en un arrebato de rabia. La puerta ni siquiera se inmutó, y los amigos que lo miraban se quedaron helados al ver la violenta reacción de su compañero.

-¿Qué está ocurriendo allá afuera? - se escuchó una voz rasposa desde una de las ventanas del edificio.

Los tres levantaron la cabeza y se toparon con la cabeza blanca del señor LeBlanc asonada por la ventana.

-Olvidé las llaves - dijo Niall mirando a su arrugado rostro - ¿Podría abrirme la puerta, por favor?

-¿Estás enfermo? - gritó con notable enojo - Son las 12 de la noche y tú con tus amigos están haciendo alboroto. Será mejor que se vayan si no quieren que llame a la policía.

-¡Pero si vivo aquí, en el edificio! - exclamó Niall moviendo sus brazos.

-¿Y eso a mi qué? - gritó de vuelta.

-Lo dejaremos de molestar si baja y nos abre la puerta - negoció el rubio.

Amanda y Ricardo estaban con los brazos entrelazados mirando la escena con un poco de gracia, pese a que morían de ganas por entrar a la casa y así dejarse caer en los brazos de Morfeo.

-¡Por supuesto que no, mocosos insolentes! - gritó con su voz rasposa el Señor LeBlanc. De pronto desapareció y apareció con el teléfono y sus cables en la mano - Si siguen ahí, llamaré a la policía. Tienen cinco minutos para desaparece de mi vista, malditos mocosos.

-!Viejo de...!

Niall no alcanzó a expresar su enojo, ya que de pronto la puerta fue abierta. Ahí se encontraba su vecino, Jean, quien muy amablemente les sonreía de medio lado. Tenía puesto su pijama y los constantes bostezos confirmaban que hace tan. Solo. Unos minutis estaba durmiendo.

Los amigos se acercaron a la entrada dándole las gracias. Niall, quien era el último, le dio un abrazo y un apretón de manos mientras le agradecía.

-Pensé que hoy no dormiría - comentó el rubio.

-No eres el único - se río Jean, quien era un hombre de unos 40 y algo.

-La amabilidad es su mayor virtud - comentó Niall mientras subían las oscuras escaleras.

-Ni lo digas - río.

-Muchas gracias - dijo Niall estirando su mano para despedirse. Ya habían llegado a su piso y sus compañeros ya se encontraban dentro de la casa.

-No hay de qué - respondió a su saludo.

El rubio cerró la puerta tras sus espaldas y en completa oscuridad caminó hasta la pieza en donde Amanda se encontraba acostada durmiendo sobre el colchón. Ni siquiera se había sacado los zapatos, por lo que él la descalzó para luego acostarse a su lado y tirar un par de frazadas gruesas sobre su cuerpo para así poder calmar el frío de la noche. La acurrucó entre sus brazos, intentando calentar su cuerpo. Amanda aceptó a su compañero y se dejó llevar por el amor y protección que le ofrecía.

No había lugar como aquel, perdido en el mundo, en su realidad. Calmado y pausado, lejano al sufrimiento.










Hooola!
Sé que llevo mucho tiempo sin actualizar:( pero prometo terminar la novela!! Eso es seguro!

Muchas gracias por la paciencia!
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Besos y abrazos!!

Gemma

30 días •n.h• TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora