Sigue adelante.

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No pasa un día sin pensar en lo que pasó entre él y yo. Ni uno solo. Él está constantemente en mi mente. Todos los días visualizo la escena, me veo a ambos juntos y luego a nosotros  llorando. Es como una obsesión, una dolorosa obsesión porque es como si no pudiera pensar en nada más. Siempre vuelvo a él.

Preguntas sin ninguna una respuesta propia corren por mi mente y me esta volviendo loca. ¿Qué hice o qué debería haber hecho? Cada vez que cierro los ojos, le veo a él tirando cosas a la pared otra vez. No puedo evitar sentir escalofríos recorriendo mi espina dorsal porque en ese momento pensé que él me iba a hacer daño.

Veo sus ojos, pero no veo su alma a través de ellos. Recuerdo correr tan rápido como pude, cerrando la puerta de un portazo y nunca mirar atrás. Pero ahora, han pasado días desde la última vez que fui a trabajar, no le he visto en semanas, encerrada en mi casa.Pero él ni siquiera me ha escrito o intentado arreglar las cosas, así que imagino que no le importa una mierda.

Estoy horrorizada porque he visto una parte de él que nunca pensé ver. Incluso duele estar lejos de él, no puedo ignorar lo que ha pasado. No le hablaría más. No volvería a confiar en él.

Es hora de moverse y hacer algo con mi vida, las cosas no pueden seguir así. Por eso he decidido dejar el trabajo, y lo haré hoy.

Cojo mis cosas conmigo, mi mano está temblando, intento tranquilizarme pero mi cuerpo no responder. Estoy tan asustada de encontrármelo o solo verlo, me paraliza completamente. Solo el pensamiento de él en un traje, mirándome, me haría desmayarme. Pero no soy la única que debería estar avergonzada, así que mantendré la cabeza alta. Después de todo, todo lo que he hecho ha sido ser yo misma con él.

No sé como va a reaccionar, pero no tiene opción, esta es mi decisión y él tiene que respetarlo. No puedo trabajar para un hombre quién puede cruzar la línea, no puedo hacerme eso a mi misma.

Una vez enfrente del edificio tomo una profunda respiración y empiezo a caminar dentro. Como siempre, las personas están tan ocupadas para siquiera prestarte atención, pero hoy eso es exactamente lo que quiero. Haría lo que fuera para ser un fantasma ahora mismo y ya quiero salir de aquí.

Me meto en el ascensor y mi corazón se salta un latido cuando las puertas se abren, demasiado asustada por estar sola en la misma habitación con él. Afortunadamente, solo unas pocas personas que conozco están conmigo, aprieto el botón de la planta correcta. Cada paso me acerca más a él y mi pecho se contrae, siento como si no tuviera suficiente aire para respirar o incluso para hablar.

Camino cuidadosamente, mirando a todo el mundo a mi alrededor, mis palmas ya sudadas. Ni siquiera sé que estoy haciendo pero sigo adelante. Camino hacia su oficina y cada paso que doy parece tan doloroso, si mi pies se volvieran más pesadas. Estoy sujetando fuerte la carta de dimisión contra mi pecho cuando finalmente llego a su puerta. Veo su nombre escrito en letras doradas y mi estomago se retuerce ante eso. Es como si me recordara que él realmente existe, que ha pasado de verdad.

Y que él me ha herido de verdad.

Estoy por tocar la puerta, mi brazo débil como todo mi cuerpo cuando giro mi cabeza y veo a Angelo ahí. Me siento aliviada por un segundo mientras una idea cruza mi mente.

-¿Candice? -dice, bastante sorprendido de verme.

-Hola Angelo, ¿cómo estás? -frunce el ceño.

-Tú eres a quien debo preguntarle. No te hemos visto por días en el trabajo, ¿todo va bien?- se ve sincero y preocupado, me pregunto si él lo sabrá.

-En realidad, voy, -pauso intentando luchar contra el nudo en mi garganta, -voy a dejar este trabajo.

-¿Qué? -dice con los ojos abiertos como platos, -¿por qué? ¡Pensé que te gustaba!

My dear boss Zayn || Español ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora