11 |El cuarto del conserje|

245 13 0
                                    

Doy vueltas y vueltas por toda la habitación buscando algo para colocarme. Ya son las seis de la mañana y tengo que cambiarme para la escuela pero, como ayer colocaron la ropa tan tarde, no hay nada seco. Si por mí fuera, iría en pijama, pero como el director al parecer es modisto pide que todas con ropa casual. Agh, casual es una pijama.

—Ponte esto —Rebeca aparece con ropa en la mano y me la tiende en la cama.

—¿Recién ahora vienes con la ropa? —pregunto irónica y me mira inocentemente.

Me cambio rápidamente y Malcolm nos informa que tendrá que salir más temprano para ganar aparcamiento y poder ingresar temprano para estudiar. Tendrá práctica a primera hora.

Nos toca caminar.

Bajo las escaleras a trote y me encuentro con Rebeca en la cocina. Malcolm ya ha salido a la Universidad.

Preparamos algo rápido y comemos apenas. Si tendremos que caminar, más nos vale salir pronto. Tomo una manzana y la guardo en mi mochila para después.

—Vamos —Rebeca hace un movimiento de cabeza y toma su mochila.

Al salir el sol se filtra por las ramas de los árboles y causan sombras momentáneas, la brisa se cola por mi cabello y me hace sentir tranquilidad. Mucha tranquilidad. El aleteo de los pájaros mejoran la mañana a cada paso...

¿A quién engaño?

Odio aquí. Está oscuro por una nube que anuncia la pronta llegada de un diluvio destructor, eso más que me estoy muriendo de sueño y que no he terminado mis deberes a tiempo.

Vaya forma de iniciar mi día.

Conversando y riéndo un poco llegamos a la escuela y no hay tantos alumnos. Me meto inmediatamente al salón y termino el reporte que me toca hacer, es una reseña de los dioses del Olimpo. Quizá crean que es fácil. Pero no es para nada bonito tener que reescribir toda la vida y propósito de cada uno. No es nada bonito.

— ¿Savi? —canturrean y me tapan los ojos con las manos.

Esto tampoco es nada bonito.

—Estoy trabajando, te llames como te llames —gruño e intento apartar esas manos de mis ojos pero no se salen. En su lugar escucho una risita.

—Que mal educada —frunzo el ceño intentando reconocer esa voz.

—Luke, si crees que esto es divertido, pues anda apartando tus manos porque hoy no estoy de humor y mis puños tampoco —gruño y escucho que maldicen a mis espaldas.

—¿Me confundiste con ese? —Andrew me mira indignado y me encojo de hombros para voltearme y seguir con mi tarea—. Ja, genial, ahora me confunden con un idiota como Luke —me volteo y lo miro con una ceja enarcada—. Es como si yo te confundiera con la nerd fea del salón.—Se sienta en el sitio de Luke y me mira igual que antes, IN-DIG-NA-DO.

¿Qué problema tiene con Luke?

—No tengo ningún problema con la "nerd fea" del salón —respondo a la defensiva—. Pero al parecer tú si tienes problemas con Luke. ¿Qué tanto es que se la pasan peleando?

—¡Que Luke... —mira arriba y traga grueso.

—¿Que yo, qué? —escucho su voz a mis espaldas. Suena frío y enojado, tanto que por un momento siento que me intimida hasta a mi.

—Luego nos vemos, Sav —Andy se levanta del asiento y se va caminando hasta su sitio, con la mirada de Luke puesta encima.

Se dan una última mirada furibunda y Luke se tira en su asiento apretando los puños, los aprieta tanto que sus nudillos se marcan y tengo miedo que se lastime.

Novios por suerte y Primos por accidente |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora