22 | Vete de mi vida |

196 10 5
                                    

Amy Adams (Lindsay Adams)

Tenía un aspecto triste, estaba con ojeras y su ropa estaba arrugada. Seguía con la misma ropa de anoche. Una tímida barba asomaba por su mandíbula. En cuanto me vio se empezó a acercar hasta donde estaba, cuidadoso, tímido. Lo miré con frialdad, cualquier rastro de tristeza o dolor haría que me destruya con sus palabras. Aunque realmente por dentro esté más que destrozada.

Lo escuché musitar mi nombre mientras se acerca y lo miré fijamente, aunque doliese ver su hermoso rostro.

— ¿Podemos... podemos conversar? Por favor, no puedo...

—No hay nada de qué conversar, Luke —otros días le hubiese dicho "Lu" o "Lukie", amaba decirle así, pero ya no más—; te me acercaste por una apuesta. Me enamoraste por la misma razón. Y tenías la intención de dejarme en cuanto pasase el baile de invierno. Te acostaste incluso con otra. ¿De qué quieres conversar?

  —En ningún momento me acosté con nadie.  —contestó, mirándome confundido y con el ceño levemente fruncido—. Nunca lo haría, Savannah. Te dije que te esperaría hasta el día que quisieses estar conmigo y lo voy a hacer. Ni cuando estuve borracho pude hacerlo.

Bien, quizá fue algo que Emily inventó...

¡Estás cayendo en su mirada y su tonito de disculpa! ¿Que no te acuerdas cuando Jacob te puso esa misma carita para que le creyeses que lo habían obligado?

Cierto.

  —Le dices lo mismo a todas, ¿cierto? —me miró confundido nuevamente—. ¿Sabes qué? No hay nada de qué hablar. Vete de mi vida, ve y has nuevas apuestas para enamorar a más chicas. Después de todo, es a lo que te dedicas.

Me miró con dolor y se acercó más a mi. 

  — ¿Tan rápido me tengo que rendir? ¿No puedo siquiera intentar darte una explicación? No me iré hasta que me permitas...

  — ¡Explicación de qué! ¡No quiero verte jamás! ¿No lo entiendes? ¡Vete, Luke, déjame! 

Su mirada se enfrió notablemente y me miró serio, enojado..., distante. Me dolió, pero ya estaba hecho. No lo quería en mi vida.

¡Mentirosa!

Retrocedió, se volteó finalmente para agarrar el pomo de la puerta y se quedó con la mano suspendida por lo que para mí pareció una eternidad. Me quedé mirándolo, sintiendo las lágrimas picar en mis ojos. No iba a llorar. No vería mi dolor, no se lo permitiría. Me miró por encima de su hombro derecho y murmuró:

  —Solo quería que entiendas que para mi nunca fuiste una apuesta. 

Abrió la puerta y se quedó parado, como esperando algo. Se dio por vencido y salió dando un portazo. 

Thiago, Rebeca y Sam se acercaron inmediatamente a hacerme su avalancha de preguntas. No respondí ninguna y me fui corriendo como una cobarde a mi habitación. Una cobarde que acaba de dañar porque le han hecho daño. 

Llegué a mi habitación y cerré con seguro. 

Y entonces, sólo entonces, después de todo... me vencí finalmente al dolor, para que hiciese conmigo lo que quisiera. Para que me pisoteara a su gusto.

Luke:

Cerré de un portazo y me adentré al auto. Sentí unas ganas imperantes de golpear algo, pero me detuve a respirar un poco. Empecé a manejar directo a mi casa mientras lanzaba maldiciones por mi gran suerte.

¡Maldita sea! 

Hace dos días que no he conversado con Malcolm. Se ha quedado al parecer en las habitaciones de la fraternidad. Capullo. Él me metió en esto, él aceptó. Estábamos borrachos pero vamos, ¿no podía siquiera pensar en su "hermanita"?

Novios por suerte y Primos por accidente |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora