Novios por suerte y Primos por accidente |TERMINADA|

Epílogo

Algo en ella siempre le pareció extraordinario. No sabía qué: quizá su cabello castaño y suave; quizá sus ojos azules y brillantes; quizá su blanca su sonrisa y su aterciopelada voz. O... Quizá todo. Sí, eso era. Todo en ella le encantaba de una forma que no podía describir. Y ese sentimiento lo llenaba de gozo. Jamás se imaginó ser capaz de querer, amar, a nadie de esa forma. Había tenido novias anteriormente, lo normal, pero no había sentido ese palpitar veloz cada vez que las veía. Ellas eran, aunque marcaron y cambiaron un poco su vida, sólo besos y caricias, con el único fin de no sentirse malditamente solo. Pero con la chica carismática y fría con la que se sentó el primer día de clases, se sentía acompañado hasta con ver su fotografía.

Ahora lamenta haberla conocido siquiera. No lo lamenta porque le haya hecho daño... Bueno, él sí le hizo daño a ella. Pero el fin es que lamenta haberse amarrado a ella de tal forma que, aunque sea por el bien de ambos, ya no sepa cómo deshacer el nudo. La amaba... La ama. Pero teme que, después de todo el tiempo que ha pasado, ella ya haya hecho su propio camino. Sin él.

-Llámala, hombre -gruñe Matín al lado de Luke. El chico de ahora veintidós años da una mirada al entorno, a la casa nueva.

No ha llamado desde el año pasado, cuando Martín le llamó de urgencia a España. Hasta ahora está manteniendo en secreto todo, pero pronto le revelará esa verdad que tanto teme sea errada. Los mensajes anónimos han parado desde el accidente y no él no para de pedirle a Martín que investigue la ubicación de esos mensajes. Sin embargo, se niega a revelar nada.

Ha pasado también un año desde que se enteró que la chica de la que estaba perdidamente enamorado era, y es, su prima. Le resulta un poco extraño pensar en ello, más que todo porque le parece algo ridículo. Empieza a pensar en el culebrón en el que se ha convertido su vida y su relación, más que todo, tal cual una de esas novelas que leía Savannah durante interminables noches. Empieza a pensar también en su madre, esa mujer que desde pequeño lo estuvo ocultando, haciéndolo sufrir, y que ahora también está cumpliendo con su cometido.

Luke marca el número. No puede contenerse más. Beca una noche, por teléfono, le gritó de todo y le pidió, por el bien de su mejor amiga, que desapareciera de su vida. Él, obediente como es, y queriendo sólo lo mejor para su chica, cortó todo tipo de conexión entre ambos. Y con cortar conexión con ella no me refiero sólo a cero llamadas. No. Me refiero a cambiar de número, memorizar miles de páginas amarillas con tal de olvidar el número de Savannah. Ya saben, pues porque obviamente algunas veces sus manos se movían solas y marcaban su número repetidas veces.

Y, ¿un secreto? No ocurrió lo mismo con Sav. Aunque resulte doloroso para muchos y hasta para mí, desde hace mucho que no tiene esa necesidad de retener a sus dedos para no marcar el número del chico al que había amado.

Contestan a la llamada al tercer timbre.

-¿Bueno? -al chico casi le da un paro al escuchar esa voz tan hermosa que todas las noches se repite en sus sueños.

-Ho-hola. Soy... -tartamudea, y se queda callado al oír de nuevo la voz de Beca.

-¡Ya terminé, preciosa! -oye silbidos-. ¿Quién llama? ¿Hola?

-Beca. Soy Luke. -Dice él, de pronto desilusionado porque le hayan arrancado ese pedacito de felicidad.

-¿Qué quieres? ¿No te dije que la dejaras en paz? -susurra.

Sí. Se lo ha repetido él mismo durante todas las noches, pero su corazón, terco como siempre, se niega a olvidar a la chica.

-Lo sé, Beca; sólo quiero saber cómo está. -Replica.

-¿Recién ahora quieres saber cómo está? Pues te informo que ella, oficialmente, te ha olvidado, Luke. Está rehaciendo su vida en la nueva Universidad que la solicitó. ¿Sabes? Sin ti, todo se volvió mejor para ella. Está mejor así: tú en España y ella aquí, con su verdadera familia. Donde debe estar. Donde nunca se le dañará pase lo que pase.

Luke se queda en completo silencio, asimilando todo lo que Beca le ha expuesto.

¿Realmente lo ha olvidado? ¿Realmente está rehaciendo su vida? ¿Qué pasó con el querer que regrese?

-Quiero hablar con ella, Beca. -Ordena con voz firme.

-¿Es que no entiendes? -dice la chica con voz irritada-. Ya te olvidó. Basta. No quiere saber nada de ti, y no lo necesita. Está conociendo a otro chico ahora, debes dejarla ir de una vez. Tú mismo lo dijiste, Luke: están perdidos. No funcionará, y tú lo sabes a la perfección.

>>Déjala; conoce a otra chica y trata de vivir nuevas experiencias. Ella ya lo está intentando. Por favor, si la quieres tanto como parece, déjala vivir tranquila.

Cortan la llamada y el chico se queda con la mirada en la pared. Tiene razón. Debe dejarla ir. Con llamarla y querer saber sobre su estado no logra nada.

-Luke, chico...

-¡Jodanse todos! -empieza a gritar y gruñir como perro rabioso-. ¡Si no se hubiera enterado de nada, estaría aquí, conmigo! Mejor aún, ¡si no la hubiese conocido, no estaría así, como un estúpido esperando a que ella me siga amando como yo! ¡No estaría, patéticamente, arrastrándome para poder asegurarme de que sigue bien, a salvo!

No. No lo lamenta en absoluto. No lamenta haberla conocido ni mucho menos haber pasado por todo eso con ella. No lamenta ni siquiera las peleas. No lamenta nada. Lo que dice son sólo cavilaciones del enojo. Él sabe a la perfección que, aunque odie no poder estar a su lado ahora, aunque se odie a sí mismo por estar pensando en ella las veinticuatro horas del día, jamás podría arrepentirse de todo lo que vivió a su lado.

En su momento lo pensó. Pensó en no dejarla ir y vivir a su lado por lo que la vida le permita. Tuvo un lejano pensamiento de lo que sería quedarse con ella, combatir todo y ser felices a su manera. Pero no podía solamente pensar en él. Ahora que se da cuenta que ella está conociendo más gente, siguiendo y luchando por sus sueños, sabe que hizo bien en moverse de su vida. Aunque le hierva la sangre. Sabe que hizo bien en salir de su camino, para dejarla ser feliz, para dejar que viva una vida normal, sin temores ni enojos. Porque su historia está muy lejos de ser el típico cuento de hadas con un «vivieron felices para siempre».

Y ese fue el error que ambos cometieron: confiar ciegamente en un felices por siempre.

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¡Hola mis amores! Éste es, oficialmente, el último capítulo de la historia 😭 *Y ya los separé de nuevo >:c*

Sinceramente, estoy muy agradecida con todas las personitas que se han quedado hasta ahora. En serio, agradezco el que den esas ganas día a día para seguir escribiendo y publicando. Un día una personita x (espero que no llegue a leer esto) me dijo que tenía pocas lecturas a juzgar por el tiempo que llevo en Wattpad, pero yo la verdad estoy muy orgullosa de lo que he conseguido.

Agradezco a mis otras amigas también, que siempre me han escuchado en mis dramas de "no me llega la inspiración" o "no sé cómo hacer el final". En serio, escribir una historia no es tan fácil. Siempre llega ese momento en el que te falta la inspiración y te jalas de los cabellos diciendo "¡¿Por qué no me llegan las palabras?!". Bueno, así me pasó a mí al menos 😆 ;pero aquí estamos, en el Epílogo de la historia de amor entre Luke y Savannah... Lukav, mejor dicho 😍 Estoy muy muy muy agradecida con todas las personitas que me ayudaron a formar cada parte de esta historia 😘. Agradezco a ustedes, mis lectores preciosos, que siempre me han acompañado con su lectura y, algunas veces, con sus votos y comentarios. En serio que me encanta ver que alguien ha votado por algún capítulo o que alguien ha comentado; me hacen dar más motivación para poder seguir escribiendo y también le dan motivación a mi mente para seguir imaginando.

Me entristece muchísimo tener que dejar ya esta historia. Tendremos segunda parte, sí, pero aún tendremos que esperar un tiempito hasta que organice todas mis ideas y los sucesos.

Así que... ¿Hasta pronto? Sí, hasta muy pronto. Y espero que esta historia pueda quedar hasta mucho en su memoria 💙

PDT: Hasta ahora, que estoy releyendo todo lo que publicaré y editando, no me puedo creer que haya terminado ya la historia. NO LO PUEDO CREER.

07/09/2018

Saludos, Marikiu 💫