4 |A escaparse|

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Colton Haynes (Malcolm Miller)

Salimos en el auto de Malcolm y el camino se hace demasiado largo. Para divertirme un rato llamo a Andrew, ya que los chicos están conversando de la chica con la que se acostaron el fin de semana pasado. Agh, son unos cerdos. Malcolm, por suerte, mantiene la boca cerrada y sólo ríe por compromiso ante los demás.

-Hola, enana -saluda Andy.

-Te he dicho que ya no me digas enana. Que seas tú un poste andante no es mi problema -se echa a reír como loco y yo hago lo mismo. Siento todas la miradas sobre mí. Algunas miradas burlonas y otra serias.

-¿Vienes a la pelea? -pregunta.

-Estoy en camino, venimos con Malcolm y algunos de su amigos...

-¡Hola! -gritan los amigos de Malcolm en mi oído y me quejo.

Después de unas palabras más me doy cuenta que hemos llegado, corto la llamada y me bajo del auto. El lugar está lleno de gente, a lo lejos logro divisar a Andrew y corro hasta llegar a él a darle un fuerte abrazo.

—Apostarás por mí, ¿no?

—¡Claro! —exclamo.

—Andy —saluda mi amiga y se dan un beso en la mejilla.

No se porqué pero me encanta shippear a Andrew con Rebeca. Harían linda pareja, pero no sienten nada el uno por el otro, o al menos eso dicen.

La pelea empieza y yo, como lo prometí, aposté por Andy, aun que ahora que sé que peleará con Malcolm se me van todas las ganas. Malcolm es alto, corpulento, y Andy también lo es, pero hay algo que tiene Malcolm y Andy no: experiencia. Según lo que Andy me ha contado, no ha peleado muchas veces. Mientras que Malcolm pelea cada vez que viene. Es una manera de obtener dinero fácil, y como casi siempre gana, lo tiene todo asegurado. Yo hacía lo mismo cuando manejaba.

Me asomo y empujo a una que otra persona del público para poder ver el espectáculo. Unos brazos rodean mis hombros y por un instante creo recordar cuando mi abuelo me abrazaba así. Él era muy alto, y sus brazos fuertes me hacían sentir seguridad en las noches oscuras y de fuertes tormentas.

Pero entré en razón y voltee para ver con quien me encontraba y era Luke, mirando atento la pelea. Sus marrones ojos tenían un brillo especial, tal cual un niño mirando un dulce. Me salí de su brazo y adelanté un paso para poder mirar mejor la escena. Él me miro con el ceño fruncido y volvió a abrazarme por los hombros. ¿Cree que soy una mesa o qué?

Le tiré un codazo en las costillas y me soltó riendo un poco. Nadie, recuérdenlo, NADIE, puede tocar sin consentimiento alguno a Savannah Smith. Y menos Luke, que sigue sin caerme bien a pesar de sus intentos de ser un niño bonito.

(...)

—Duele —gruñe y le tiro un manotazo en la mejilla para que se calle—. Auch, mierda, ten cuidado.

—¿Te puedes callar de una vez? —estoy irritada de tanto que gruñe y gruñe, si sigue así se convertirá en un perro.

Les contaré. Durante la pelea, Andrew empezó a molestar a Malcolm diciendo: "¿no tienes más fuerzas nenita?" o "vamos, pelea como hombre"; por lo cual Malcolm no aguantó más y la ira se apoderó de él, haciendo que golpeara cada vez más fuerte a Andy. Ahora estoy curando las heridas de su rostro mientras que Rebeca limpia las heridas de su hermano.

—Haré fiesta en la casa después de toda esta... —iba a terminar la frase pero Rebeca le tiro un manotazo en la boca y se quedó callado—. Así que Rebeca, Savannah —nos mira muy serio— quiero que se queden en su cuarto. No terminará hasta muy tarde. —Andrew suelta una carcajada limpia, mientras que mi amiga me mira horrorizada. Cuando Malcolm decía que no quería que salgamos a la fiesta, hacía hasta lo imposible para que no salgamos.

—¡¿Qué?! —gritamos a la par—. No, no nos puedes prohibir ir a una fiesta ¡EN MI PROPIA CASA! ¡YA NO MÁS! —grita la rubia.

Malcolm se levanta con una cara de enojo puro y nos persigue hasta lograr encerrarnos en nuestros cuartos. Cuando hace eso es porque llegarán sus amigos de la universidad y pues... ¡sus amigos son demasiado sexys! Es algo imposible no mirar sus cuerpos e imaginar... ya me entienden. La última vez que nos dejó salir cuando sus amigos estaban por ahí, nos emborrachamos y terminé besándome con un tal Nathan. Hasta ahora lo recuerdo. Era muy guapo y divertido. Lástima que las copas se nos pasaron y nos besamos en el pasillo, Malcolm apareció y golpeó hasta más no poder al pobre Nathan.

No entiendo por qué los hombre resuelven todo a golpes.

Les nombraré la jerarquía que he creado para los amigos de Malcolm. Tiene amigos en el anterior instituto y amigos en la universidad. Si hablamos de los amigos del instituto: inmaduros, graciosos, confiables, nada sexys; si hablamos de los amigos de la universidad: graciosos, inmaduros, sexys, alocados, fiesteros, mujeriegos.

¿Lo ven?

Aunque tengan la misma edad, son muy distintos. Por eso me gustan más los de la universidad. Aunque los del instituto son más como para tener un mejor amigo comprensivo y un buen acompañante.

—Debemos salir —Rebeca camina de un lado a otro, nerviosa—. Es fin de semana, no podemos pasarla encerradas —finaliza y me mira.

—Pero ya conoces a Mal...

— ¡ESO YA LO SÉ! —grita—. Pero no quiero pasarla aquí, metida en una habitación y sin películas o algo para comer... ¡Y SIN CHICOS! ¡EN ESPECIAL LOS AMIGOS DE MALCOLM!

—Necesitamos un plan.

(...)

Me coloco un short blanco con bordado, unas vans negras y un crop top. Obvio que no falta una chompa bordada color gris que hace buena combinación con mi short.

—¿Qué haremos? —pregunto a mi amiga. La música ya vibra hasta mi cuarto y se escucha la voz de mucha gente en el primer piso.

—Nos escaparemos. Saldremos por la ventana e iremos a la fiesta —dice como si fuera rutina—. Apúrate, se nos acaba el tiempo —me empuja a la ventana y la miro preocupada—. Ah, bien, lo haré yo primero.

La rubia empieza a trepar por la pared y mientras lo hace escucho la cerradura de la puerta abrirse.

—Pst... tu hermano —susurro y ella se queda inmóvil.

—Chicas, lo estuve pensando y no puedo encerrarlas aquí, soy un idiota, ustedes pueden hacer lo que quieren. Sólo no quiero que anden saliendo con mis amigos, no quiero nadie las dañe —me mira y yo sigo parada en la ventana—. ¿Y Rebeca?

-Está... en el baño —me apresuro a responder y él se dirige al baño—. No, Malcolm, no entres. Está en una crisis nerviosa porque no la dejaste salir. Si entras,  te tirará lo primero que encuentre.

—Bueno... dile que pueden salir, cambie... Ya te cambiaste —me mira confundido.

—Eemm... no, es la misma ropa de hace rato —asiente un poco dudoso y sale de la habitación.

¡Genial!

—Rebeca —susurro y ella sigue parada en la ventana—. Dijo que nos dejaba salir —grité en un susurro—. Me dio un discurso cursi y todo eso.

—¡Bien! —grita y al levantar las manos cae de cara al suelo, suelto un gritito, asustada pero veo que levanta la cabeza—. Estoy bien, tranquila.

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#Resubiendo

Espero que es esté gustando mucho la historia, hagánmelo saber con sus críticas (constructivas), si algo está un poco mal con la historia, diganmelo, para poder mejorarlo ;)

Voten, comenten y recomienden :D

¡Los amo!

<3 Marikiu

Novios por suerte y Primos por accidente |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora