18 |Cumpleaños fallido 1/2|

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Me despierto con el sonido del despertador y al abrir los ojos lo primero que viene a mi mente es: <<Feliz cumpleaños, Savi>>. Pero me lo digo para mi misma, porque el día de hoy, de pronto nadie viene a saludarme como otros años. Está bien, no seré tan paranoica.  Quizá siguen durmiendo, anoche estuvieron en la fiesta de Santhiago y quizá aún no llegan.

Quizá pero... Huele tostadas. Malcolm está cocinando.

Me lavo los dientes y me doy una ducha de cinco minutos para ponerme ropa cómoda y bajar a desayunar. Malcolm me saluda como cada mañana, con un beso en la frente, y Rebeca de igual manera. No quiero tampoco parecer necesitada por un abrazo pero vamos, ¿en serio lo olvidaron?

Me siento a la mesa y tomo una tostada para untarla con un poco de mermelada de fresa. Los chicos empiezan a conversar entre sí y yo sólo los miro mientras termino mi tostada.

No sé, me duele un poco que se hayan olvidado. Estoy cumpliendo la mayoría de edad, ¡joder!. Pero si se han olvidado, está bien, su problema. Mi día aún no termina, quizá hay algo bueno en él.

Malcolm nos dice que tenemos que salir ya y me coloco otra ropa para salir. En el auto nada cambia: Rebeca se queja de su dolor de cabeza y Malcolm igual, yo solo miro por la ventana mientras espero llegar rápido a la escuela.

Con éste año se cumplen ya seis años desde la muerte de mis abuelos. Seis años desde que me quedé sin familia. Claro que Rebeca y Malcolm se han convertido en mi nueva y estupenda familia, pero... No sé si me entienden. No es lo mismo sin tu verdadera familia. Recuerdo que hasta mis trece años mis abuelos me hacían despertar temprano, con un pastel preparado por mi abuela misma, un pastel con sabor vainilla y uno que otro decorado encima. Hasta mis trece años disfruté de cumpleaños junto a ellos. Luego estuve dos años ayudándome a mi misma para poder despertar el día de mi cumpleaños, se había vuelto casi indiferente para mí éste día. Cuando me adoptaron, fue como volver a revivir esos años, Rebeca me despertaba saltando y cantando hasta que la corría de la habitación enojada, luego llegaba Malcolm y hacía lo mismo hasta despertarme y llevarme a desayunar junto con ellos y sus padres. Son momentos que jamás olvidaré. Me hicieron feliz justo cuando yo creía que nada bueno podría volver a pasarme.

Bajo del auto para ingresar a la escuela y me despido de mi mejor amiga para irme a mi salón. 

  — ¡Feliz cumpleaños, castaña! —gritan detrás mío y me vuelvo para ver a mi rubio amigo corriendo hacia mi con los brazos abiertos.

  — ¡Muchas gracias, rubio! —le respondo el abrazo fuertemente y siento una nudo en la garganta al recibir mi primer saludo en el día.

Estoy muy sentimental hoy.

  — ¿Has visto a Emily? —pregunta cautelosa mente y niego con la cabeza frunciendo los labios.

  —Ella y yo ni siquiera hablamos —señalo y él asiente riendo.

 Aún faltan unos cuantos minutos para que llegue la maestra. Algunos chicos y chicas de mi salón se me acercan y me saludan, y yo les correspondo igualmente. Santhiago se me acerca finalmente y me saluda alegre.

  —Qué mal que ayer no fuiste a mi fiesta. Habría hecho que banda cantase sólo en tu honor —menea las cejas y río entre dientes.

  — ¿Luke fue? — curioseo y él hace una mueca.

  —No —frunce los labios y ladea la cabeza—. Me dijo que no iría porque... —desvía la mirada, como recordando algo y se queda callado un rato—, qué memoria tengo, Dios. Si fue, no sabes cuánto tomó. Lo tuvimos que llevar con unas persona más hasta su casa.

Novios por suerte y Primos por accidente |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora