21 | Noche de chicas y lágrimas destructoras |

197 9 5
                                    

Savannah:

¡¿No hay segundo en el que pueda dejar de pensar en él?!

¡Espabila, Savannah!

Te ha ha hecho lo que te ha hecho y tú sigues con su rostro tatuado en la mente.

Es algo inevitable. Llegué a quererlo mucho, había olvidado durante dos meses que alguna vez escuché algo sobre una apuesta. Llegué a convencerme que había escuchado mal. Llegué a creer que podía ser capaz de volver a querer... A confiar. Son pocas las personas que se logran ganar mi confianza rápidamente. Luke no se la ganó tan rápido por la racha que presentó cuando lo conocí, pero con el paso del tiempo se la ganó, y junto con ese pedazo de confianza, un pedazo de mi corazón. 

Aunque creí ser fuerte, me la he pasado toda la noche llorando, Beca y Samantha estuvieron conmigo durante cada segundo de mi drama, dándome ánimos y haciéndome sentir mejor... A pesar que me siento muy vacía por dentro. Samie vino con cinco potes de helado y la grabación de las seis temporadas de The Vampire Diaries. Rebeca compró todo tipo de botana y me envolvieron en una manta.

  —Dicen que cuando alguien está triste, hay que envolverlo en una mantita y no dejar que escape. —le miré confundida. Desapareció de mi vista y cuando regresó tenía una manta azul, la extendió en frente a mí y me empezó a envolver—. No te muevas, mujer. —me regañó cuando yo me empezaba a reír por su idea loca.

 Luego todas nos acostamos a ver la serie (yo no me acosté, estaba tumbada y envuelta). Pero no duró mucho que yo esté tranquila, empecé a llorar cuando llegó la parte en que Elena le pide a Stefan que se valla de su vida; cuando se entera que es vampiro. Es una de las peores partes. Me lancé a llorar justo en esa escena. Las chicas cambiaron inmediatamente todo y nos sentamos en la cama a conversar.

Me siento patética por llorar pero por favor, ¿quién no lloraría cuando pierde a alguien, a quien llegó a querer, por una puta apuesta?

Malcolm no ha regresado desde hace horas. Al parecer se ha quedado en las habitaciones de la fraternidad. Andrew no ha parado de llamar y mandar mensajes, al igual que Luke. He apagado el teléfono.

  —Yo creo que los hombres son unos completos idiotas. No necesitamos de ellos para vivir, están en el mundo sólo para dar hijos, sino, éste lugar sería el mismísimo paraíso con sólo mujeres. Incluso creo que si fuésemos lesbianas, seríamos la una para la otra. Sí, nosotras tres, haríamos una orgía cada maldita hora.

Me he tomado muchas cervezas y por un momento he logrado olvidar todo. Escupí toda mi bebida cuando escuché decir eso a Samie, en serio está mal de la cabeza. Nos echamos a reír como locas por su comentario y seguimos conversando y tomando hasta que nos dormimos. 

  —¡Callen a esa cosa endemoniada! —los gritos de Sam, junto con el sonido de la alarma hacen que despierte— ¿Puedo botarlo de un solo golpe?, por favor, me tiene cansada. —asiento desesperada porque calle a esa cosa y se calla de golpe cuando lo estampa en la pared.

  —¿Qué hora es? —se escucha la voz ronca de Rebeca a mi izquierda. Estoy en medio de las dos.

   —Las diez de la mañana. A dormir. —digo y me acuesto de nuevo sobre el estómago de mi mejor amiga.

Toc, toc, toc 

  —¡Mierda! ¡¿Uno no puede dormir tranquila después de una borrachera acaso?! —grita Sam.

Gruño en respuesta y ella se levanta como puede para atender a la puerta.

  —¡Thiago! ¿Cómo está el señor despierto a todo el mundo cuando quiero? —se escuchan sus gritos hasta la habitación.

Novios por suerte y Primos por accidente |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora