Capitulo 5: Punto y aparte.

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Toni.

Había vaciado mi cerebro y llenado mi estomago. Platicar con Eddie siempre me traía una paz que rara vez conseguía por cuenta propia, y si a eso le agregaba comida me considero satisfecha.

-Entonces...- tronó sus dedos. Algo que me ponía de nervios, así que agarré sus manos para que lo dejara.

-¿Estás rojo?- sonreí al notarlo- ¡Oh por dios! Estas completamente rojo, te ves tan lindo.

-No lo estoy- rodó los ojos- y dejando a un lado el hecho de que no estoy rojo. Dime, ¿estás segura de que todo va bien?

-No estoy segura de nada- puse mi frente sobre la mesa- lo único que necesito es seguir comiendo.

-¿Cuándo no has necesitado seguir comiendo?- levanté la cabeza y le di mi mejor mirada de enfado, era verdad pero me dolía que pensara que soy una enorme ballena sin fondo- ¡calma! No estoy diciendo que seas gorda.

Subió las manos y sonrió de lado- Me refiero a que amas la comida y siendo sinceros me gustas- entrecerré los ojos- es decir, me gusta.

-Dime que sucede- no podía aguantar la risa- estás más lento que otros días.

Mire hacia todos lados para averiguar que lo ponía tan nervioso, y ahí estaba... Andrea estaba justo en la mesa tras nosotros. Se veía más arreglada que otras veces y tocaba su cabello como si necesitara asegurarse de que siguiera ahí.

-No te preocupes Ed- me estiré para tocar su hombro- lo más seguro es que sea otro tonto que solo va usar para pasar alguna materia.

-¿De qué hablas?-casi me convence su actuación de sorprendido.

-De Andrea y tu nerviosismo, es obvio- me giré en mi silla para que el dejara la pose.

No había terminado de voltearme cuando vi su índice apuntando hacia nosotros y junto a ella la sonrisa de "sabelotodo" que desde niña me había fastidiado y gustado al mismo tiempo. H nos hizo señas para acercarnos.

-¿Quieres que nos vayamos?- la voz de Eduardo interrumpió mi shock momentáneo.

-No puedo huir por siempre, ¿o sí?- hice mi mejor intento de sonrisa- además, ahora te tengo a mi lado para salvarme.

Me levanté con toda la dignidad que pude reunir y ahí estaba él, como siempre, con el brazo listo para enlazarlo con el mío.

-¡Hola María Antonia!- escuché su risa después de su saludo.

Cada vez que me hablaba usaba mi nombre completo para tratar de fastidiarme, como si con el simple hecho de oír su voz no lograra su cometido.

-¿Sabías que fue el nombre de una reina de Francia?- salió mi defensor numero uno y vi la cara de sorpresa y fastidio de la mosca.

-Que fue decapitada por su mismo pueblo- no podía creer que Héctor, no voy a decirle H en estas circunstancias, estuviera dándole armas a Andrea para molestarme.

Quizá fue la expresión que hice o que instintivamente le haya dado un golpe en su brazo, que Héctor me miró como si no estuviera enterado de nada.

-No lo dije por ofender, Ant- sobó su brazo- es solo un dato cultural.

Hasta entonces reparé en su ojo morado, pero no quise preguntar por eso.

-Uno al que nadie le interesa...

-A mi si- levantó su mano Andrea.

-Vámonos Toni- Ed enlazó sus dedos con los míos y tiró hasta que me pudo rodear con su brazo. Lo cual solo consiguió sorprendernos a los tres, pero no discutí. Solo me dejé llevar, con esa sensación de mariposas que me llenaba el estomago cada vez que él se portaba cariñoso conmigo.

-No quiero que llores, Toni- me puso frente a él cuando ya estábamos cerca de mi casa.

-No tengo ganas de llorar- y en verdad no las tenía, estaba cansada de ser la damisela en apuros.

-¿segura?- puso una mano sobre mi hombro.

-Bastante- le di una sonrisa sincera- mucho menos que mi otro favorito me defendió.

-¿Ogro?- me apretó los cachetes- tú y yo sabemos que soy el príncipe más guapo del condado.

-ja ja ja- me solté de su agarre, mis cachetes ya empezaban a doler.

-Admítelo Toni- comenzó a hacerme cosquillas- y no pararé hasta que lo hagas.

-Esta bien- manotee- ¡está bien! Lo admito, pero si le dices a alguien lo negaré.

No sé en qué momento pasó pero ambos ya estábamos en el césped, yo trabado de acomodar mi ropa mientras me aguantaba la risa y sacudía las hojas secas, y el simplemente viendo mi tarea que al parecer era de lo más entretenida.

-¿Qué?- le aventé un puñito de hojas- ¿Te gusto?

El dió una risa pequeña y asintió.

-¡Deja de jugar!- ahí iba un segundo puño.

-¿Por qué sería juego? - pasó una mano por su cabello, parecía nervioso- eres linda, divertida, a veces me alimentas...

-Sabes que no me gustan los cumplidos- alcé los hombros- nunca he sabido cómo recibirlos, además es obvio que digas eso. Eres mi mejor amigo.

No me refutó ni dijo algún otro cumplido, como acostumbraba cada vez que tocábamos el tema. Simplemente se paró, me ayudó a levantarme y se despidió. Y aunque no era una actitud normal en él, estaba muy cansada para investigar el tema.

- Hasta mañana Toni- me abrazó y siguió el camino a su casa.

-Hasta mañana... - mañana sería otro día y yo aclararía varias cosas con cierto chico.

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Holi, soy yo y no estoy muerta. Tuve varios problemas, un mega bloqueo y no sabía que rumbo darle a esto. Este "capítulo" es para darle seguimiento a la historia. No me maten, lo escribí en una banca en la facultad esperando entrar a un exámen. Puede que tenga algunos fallos, lo reviso el fin.
Prometo que el siguiente lo amarán, va a ser desde el punto de vista de H y veremos una parte de su lado de la historia.
😉

Amigo se escribe con HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora