Se escuchó la puerta abrirse, Steven no perdió detalle de cómo la esbelta silueta de la chica se adentraba a su rustica habitación, en realidad, no sabía si debería volver a cama o quedarse parado en donde está. Mas fue imposible quedarse de pie una vez que el mareo se alojó en sus sentidos. Aturdido se sentó, recordó cuando un enorme dragón lo secuestró hasta llevarlo a su guarida, la turbia elección de su compromiso, a sus padres, un diamante escarlata que lo llevó a tener alas y cola. Las memorias fluyeron fugazmente hasta recobrar sentido su existencia, lo único borroso es el cómo volvió a la normalidad. Él es el príncipe Steven DeMayo, heredero de las tierras del Sur. Futuro esposo de Connie Maheswaran.
—Steven, yo soy Steven —pronunció su nombre, convenciéndose de alguna manera.
Aunque el joven príncipe empezaba a recobrar los estribos de su pequeña aventura como un dragón, aún le era borrosa ciertas partes, que a pesar de ello, recuerda a Jasped, Lapis y a un mago intentar ayudarlo. Sonrió, sabiendo que había gente que no lo dejarían perecer solo. Eso era algo gratificante, esperaba pagarles con la misma moneda, no interesa lo detestable que sea Jasped en su opinión, el hecho de haber estado ahí para aportar ayuda era de admirar. La puerta se abrió.
—¡Vaya! Hasta que te dignas a despertar, siempre los hombres hacen lo que les da la gana —bramó irrelevante.
—A mí también me agrada verte, Lapis. Si mal no recuerdo, te debo una disculpa, ¿cierto? —le preguntó sonriente. ¡Por fin tenía su voz! De ahora en adelante, no se quejaría de ser quien es.
—Obviamente. Por tu culpa estoy como estoy.
—Sí, vagamente lo recuerdo, perdón, creeme. Pero no es tan malo ser humano.
—Eso dices tú, ¡más de una vez tengo hambre! —exclamó.
Steven rió.
—Bueno, ahora aprendimos algo; el cuerpo humano necesita más nutrientes que el de un ser mágico como tú, Lapis. Por cierto, ¿será permanente el encantamiento? —le cuestionó, interesado. No le molestaba en lo absoluto tener que estar de ésta manera con ella. Aunque a decir verdad, aquel azul vivo y profundo que pigmentaba su piel era de extrañar.
—N-no..., dentro de un par de días volveré a la normalidad.
—Eso es excelente, ¿cierto? —vio cómo Lapis meditaba lo que iba a decir, envuelta en las opciones que le hubiese encantado saber.
—Quién sabe... Pero no vine para eso, Flourite me dijo que ibas a despertar, predijo que tendrías un hambre voraz. También un millón de preguntas respecto a donde estamos, y que te vaya anticipando que no podríamos contestarte totalmente.
—Ya veo, no se equivocó.
—Bien cabeza de chorlito, hay que bajar, no pienso hacer de comer cuando afuera hay comida. Te voy a decir lo que sucederá afuera y no quiero que hagas una...
—¡Tontería! —interrumpió, deteniendo los insultos —no haré ninguna tontería.
—Eso... Antes que nada, estamos en el pueblo Hongo, lugar donde nacen y crecen las hadas, dirás ¿por qué estamos aquí?, porque por ahora no puedo volver a lado de Connie. Pero tú sí, para mañana en la mañana, Jasped te dejará muy cerca de la entrada de tu castillo. Eres un simple humano de campo que se ha perdido, Jasped te ha traído aquí para que comas y pases la noche, me conoces por parte de Jasped. Eso es lo que dirás en caso de que te pregunten, ¿entendiste? Además, tienes prohibido preguntar qué se está celebrando.
—Volveré a casa...
—Sí.
Steven abrió los ojos de abrupto, recordando y analizando el tiempo, el cómo, y el dónde.
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Follow Me | Steven Universe
Fanfiction"Un cuento de hadas con príncipes y princesas, pero el príncipe se enamoró del hada madrina" Steven debe casarse, eso conllevará a conocer a su ya planeada prometida. Él no desea este compromiso, está hechizado por los ojos agua de una bella dios...