Narra Yuuri:
- Quiero ver más soltura en tus ojos Katsuki, gira la cabeza... ¡Eso es! ¡Perfecto! – decía el camarógrafo de una de las muchas revistas para las que trabajaba.
Cada vez que el flash sonaba era música para mis oídos. Mientras más rápido acabasen, más rápido podría ir a la siguiente sesión, luego de eso al estilista y para terminar el día, ir a aquella entrevista a la que me invitaron.
Más de lo mismo.
- Eso es... - repetía el mayor frente a mí.
Era un alfa adulto de unos cuarenta y cinco años, tenía barba larga y unos lentes grandes color negro, su ropa en sí era casi completamente negra, a excepción de su corbata, que era color carmín. Me miraba con deseo, parecía que le encantaba verme posar de esa manera. Sentado tan casual, pero tan "sexy" según él.
La ropa que estaba usando formaba parte de una nueva marca de ropa para jóvenes, al parecer la fundadora de la marca me había estado buscando en cada lugar al que fui hasta que logró contactarme.
Su creación no estaba mal, sin embargo, no era muy de mi estilo.
Además, al parecer le harían una edición en la que solo aparecería yo, sin banca ni fondo.- Dame más niño... - decía mientras cambiaba de ángulo y se acercaba más a mí.
- ¡Eh! ¡Oiga monsieur! – dijo de pronto Pichit, mi mejor amigo y mánager – El contrato dice que las fotos serán a una distancia de seis metros de Yuuri, nada menos, así que aléjese de él por favor – se acercó al camarógrafo y lo cogió de la muñeca.
El mayor se zafó del agarre de Pichit de mala gana y lo miró con odio. Luego, poco a poco una sonrisa extraña se formó en su rostro.
- Si no logro captar este ángulo del señor Katsuki... No podré acabar mi trabajo, joven Chulanont – dijo él con voz arisca. Se acercó más a Pichit y le levantó el dedo de manera amenazante – Le diré a la revista que ustedes no se ofrecieron a colaborar con mi trabajo y por ende las fotos no salieron como lo deseaban – dijo mientras empujaba un poco a Pichit con su dedo índice.
En un abrir y cerrar de ojos apareció mi guardaespaldas, Seung-Gil Lee, quien cogió de la otra muñeca al fotógrafo y la levantó por detrás hasta dejarlo inmóvil.
- Usted... – bufó con voz seca – Tiene trabajo que hacer, hágalo bien o...
- O... ¿Qué? ¿Me darás la paliza de mi vida? ¡Oh no! ¡Por favor no! ¡Se lo ruego! – habló el mayor con voz chillona, al parecer intentaba imitar a una mujer en apuros. De la nada el fotógrafo empezó a reírse de manera desagradable, al principio unas risas pequeñas, pero luego unas carcajadas horribles.
- Tú no puedes hacer nada, mocoso ¡¿Tienes idea de a quién estás agarrando?! ¡Gané muchos premios gracias a mis fotografías, y la dueña de esta revista me ha contratado por más de tres años consecutivos! – exclamó el mayor exaltado.
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Je t'ai trouvé
General FictionYuuri Katsuki era un conocido modelo japonés que vivía en París. Su manera de caminar, su delgada silueta, aquella mirada de ángel y demonio que poseía, esa pícara sonrisa, su trato con los demás, y esa melodiosa voz... Todas sus cualidades lo hací...